CRÍTICA: Con faldas y sin vergüenza… ¡¡¡ “Stradivarias” al ataquerrr!!!

 

‘StradivariaS II’, desde el 10 de abril hasta el 29 de mayo todos los domingos a las 20:15 h en el Teatro Infanta Isabel de Madrid

por Saladina Jota.


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Idea original: Irene Rouco Estévez. Intérpretes: Isaac M. Pulet (violín), Iria A. Prada (viola), Irene Rouco (violoncello), Inma Pastor (contrabajo). Dirección musical: Eduardo Ortega Egea. Asesoría del humor: Juan Ramos Toro y David Ottone. Vocal coach: Nuria Elósegui. Diseño de sonido: Luis López de Segovia. Diseño de luces: Roberta Guarino. Vestuario: Rita Glyndawood. Atrezzo: Marta Vega Avelaira. Maquillaje: Cristina L. Magdaleno. Fotografía: Antonello Dellanotte. Escenografía: Stradivarias. Maquinaria: Daniel Mora Casanova. Jefa de producción: Raquel González. Producción: ALMASOUL.

 

La Compañía Almasoul, después de dar un par de vueltas por nuestra piel de toro, está de nuevo en Madrid con «Stradivarias», un espectáculo, nacido a partir de una idea de Irene Rouco, en el que el humor y la música se enredan  y desenredan con el oficio reconocido de David Ottone (Yllana) -experto en estas lides de mezclar música y humor en espectáculos como «Rock and Clown» o «Pagagnini», de la mano del genial Ara Malikian-. y la brillante dirección musical de Eduardo Ortega Egea.

 

«StradivariaS II» toma por asalto el escenario con una misión muy especial: acercar la música clásica a toda clase de públicos. Inma Pastor  (contrabajo), Isaac M. Pulet (violín), Iria A. Prada (viola), Irene Rouco (violonchelo) dan vida a una «orquesta de señoritas» divertidas, descaradas, pícaras y sin vergüenza con las que es inevitable la risa, la complicidad y el disfrute.

 

«StradivariaS II» es un cóctel, bien mezclado, de música y humor que emborraca al público desconectándoles durante hora y media de la realidad. Algo necesario, medicinal y reconstituyente en un tiempo en el que los informativos nos congelan la sangre. Un cóctel de lo más recomendable cuya receta combina la música barroca con el rock, el pop, la copla, el soul y el blues, sin despeinarse, y en la que el humor aromatiza el conjunto, dotándole de cohesión y coherencia. Con «StradivariaS II», estos buenos profesionales, demuestran que conocen bien los pasos que se han de seguir para una buena elaboración. Saben que el éxito de un buen cóctel está en función del ingrediente base y en este caso, la música barroca, una forma de tocar y unos instrumentos clásicos, son ese ingrediente principal. Todos los demás ingredientes se mezclan de diferentes maneras en cada uno de los números  del espectáculo consiguiendo que, como espectadores, nos demos cuenta que la música no entiende de clasificaciones ni de clases, sólo, como en este caso, tiene clase. Sólo, como en este caso, te hace disfrutar secuestrándote. Sólo, como en este caso, te acaricia, te incita, te sorprende, te embauca, te divierte o te calienta, entre otras perversiones varias, variadas y «Stradivarias».

 

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El combinado espectacular de humor y música no es nuevo. Desde Mozart con su «Broma Musical» y Verdi con su ópera «Falstaff» hasta La trinca, Academica Palanca o los geniales Les Luthiers, pasando por los mismos Yllana, unos cuantos siglos nos contemplan. Alfred Brendel en su ensayo “MustClassical Music Be Entirely Serious?” (¿Tiene la música clásica que ser totalmente seria?; 1995), ya nos hablaba de la relevancia del elemento humorístico en los distintos lenguajes artísticos.

 

«StradivariaS II» bebe de todo esto y más. En un espectáculo en el que se asoman referentes como la pieza de Jean Anouilh «Orquesta de señoritas», la maravillosa película de Billy Wilder «Con faldas y a lo loco» o el  desternillante número de la máquina de escribir, del grandioso cómico Jerry Lewis, en «Lío en los grandes almacenes». Nos demuestran que la música clásica puede y debe ser considerada y degustada sin corsés y sin prejuicios. Este cuarteto de cuerda -atípico por su composición, como ellas saben perfectamente- (violín, viola, violonchelo y contrabajo) utiliza con maestría el humor para liberar a este género musical de una rigidez que nada tiene que ver con  la personalidad y el genio de sus creadores.

 

«StradivariaS II» es un cóctel más que recomendable recetable para toda la familia. Recuerden que reírse en compañía es seguramente la mejor forma de emborracharse de emociones que nos recuerdan que la diversión y el placer no son sólo necesarios, son sagrados, señores.

 

Así que no se lo piensen y compren su entrada para agradecer que, por suerte para la humanidad, hay gente que invierte su tiempo alegrarnos la existencia  a través del humor y la música, algo que en tiempos de crisis se agradece especialmente.

 

Datos de interés:

 

 

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