TEATRO: La Ternura, amores posibles en situaciones imposibles

Alfredo Sanzol, inspirado en el universo de las comedias de Shakespeare, estrenó el pasado el 27 de abril en el escenario de la Sala José Luis Alonso de Teatro de la Abadía (Madrid) el montaje La Ternura, una comedia de leñadores y princesas en la que intenta trasladar la imposibilidad de protegernos del daño que produce el amor, porque si queremos amar nos tenemos que arriesgar a sufrir.

 


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Una vez más el director se rodea de su equipo de confianza, no solo en el reparto (Paco Déniz, Elena González, Natalia Hernández, Javier Lara, Juan Antonio Lumbreras y Eva Trancón) sino en la escenografía y vestuario, a cargo de Alejandro Andújar, la iluminación de Pedro Yagüe y la música de Fernando Velázquez.

La Ternura cuenta la historia de una reina algo maga y sus dos hijas princesas que viajan en la Armada Invencible obligadas por Felipe II a casarse en matrimonios de conveniencia con nobles ingleses una vez que se lograse con éxito la invasión de Inglaterra. La Reina Esmeralda odia a los hombres porque siempre han condicionado su vida y le han quitado la libertad, así que no está dispuesta a que sus hijas tenga el mismo destino que ella. Cuando la Armada pasa cerca de una isla que La Reina considera desierta crea una tempestad que hunde el barco en el que viajan. Su plan es quedarse a vivir en esa isla con sus hijas para no volver a ver un hombre en su vida. El problema es que eligen una isla en la que desde hace veinte años viven un leñador con sus dos hijos que huyeron allí para no volver a ver una mujer en su vida. En cuanto la reina y las dos princesas descubren que no están solas se visten de hombres para protegerse. Y aquí comienzan las aventuras, los líos, los enamoramientos, y las confusiones.

En La Ternura se ve la influencia sobre todo de La Tempestad, y de Noche de Reyes, pero también de Como gustéis, de Mucho ruido y pocas nueces y del Sueño de una noche de verano. El juego, el engaño, los cambios de identidad, la confusión de personalidades, los espacios como elementos mágicos, los bosques, las islas… todo ello forma parte del imaginario shakesperiano interiorizado por Sanzol: “Quiero que La Ternura sea una comedia romántica con islas desiertas, naufragios monumentales, reyes frágiles, y reinas soñadoras, leñadores miedosos y pastoras tempestuosas, seres mágicos, situaciones imposibles, amores posibles, cambios de identidad, pasiones desatadas, odios irracionales, deseos incendiarios, giros sorprendentes, fantasmas borrachos, apariciones, desapariciones, encuentros, desencuentros y un deseo que une a todos: el deseo de encontrar La Ternura como sea, donde sea, con quien sea”.

Para Sanzol, tampoco los padres pueden proteger a los hijos del sufrimiento de la vida porque eso pone en peligro la vivencia de una vida plena. Para Sanzol el espectáculo se llama La Ternura “porque habla de la fuerza y de la valentía para amar. La ternura es la manera en la que el amor se expresa. Sin ternura el amor no se ve. La ternura son las caricias, la escucha, los pequeños gestos, las sonrisas, los besos, la espera, el respeto, la delicadeza. Una sociedad sin ternura es una sociedad en guerra”.

 

 

REPARTO

El Leñador Verdemar   Paco Déniz  
La Reina Esmeralda   Elena González 
La Princesa Salmón   Natalia Hernández  
El Leñador Azulcielo   Javier Lara  
El Leñador Marrón   Juan Antonio Lumbreras 
La Princesa Rubí   Eva Trancón 

Dirección: Alfredo Sanzol
Producción: Una producción del Teatro de la Ciudad y Teatro de La Abadía

 

 

Datos de interés:

  • Lugar: Teatro de la Abadía (Calle Fernández de los Ríos 42, Madrid)
  • Fechas: Del 27 de abril al 4 de junio
  • Horarios: De martes a sábado, 20:30h. Domingo, 19:30h
  • Funciones accesibles: 20 y 21 de mayo (Subtitulado adaptado, audiodescripción, bucle de inducción magnética y sonido de sala amplificado)
  • Duración apróximada: 2 horas (sin descanso)
  • Venta de entradas: Web y taquilla (Calle Fernández de los Ríos 42, Madrid)