CRÍTICA: ‘El lugar donde rezan las putas’, una historia que son todas llega al teatro Español

 

 

Hoy en día, la creación de nuevos textos teatrales, es, sin lugar a dudas, una potente herramienta para despertar conciencias, para seleccionar cuidadosamente temas de los que es importante hablar. Sin embargo, también es importante encontrar esa manera concreta y efectiva de contarlo, ya que de otra manera, el mensaje puede quedar diluido.

Rómulo y Patri son dos jóvenes con ganas de crear, con ganas de contar algo importante. Tienen el espacio, se tienen a ellos mismos como actores y tienen una pila inmensa de vestuario. Todo menos el texto, y lo malo es que hay tantas cosas de las que quieren hablar, que no consiguen ponerse de acuerdo. Una obra que fantasea con la posibilidad de cambiar cosas de la historia, que disfruta imaginando con el juego que supone formar parte de muchos personajes a la vez, que es una historia, pero son dos, dos que en realidad se parecen, y que en realidad podrían ser todas. Historias de amor, de superación, de cosas importantes que pasan.

Ésto es lo que nos trae José Sanchís Sinisterra, director y dramaturgo de esta obra. Una apuesta sin duda novedosa, que genera curiosidad en la cabeza del espectador y el deseo de, al igual que ellos, tener la oportunidad de cambiar las cosas. Con una fabulosa escenografía creada por Juan Sanz, El lugar donde rezan las putas nos sumerge de lleno en un edificio antiguo, en un futuro teatro, en un misterioso lugar donde “los de abajo” también quieren aportar su granito de arena. En un espacio de creación donde las historias se entrelazan. Rómulo y Patri, Hipatia y Sinesio, Lise y Arthur London… Todos ellos buscan cumplir su objetivo, acabar con “la modorra política de nuestra sociedad consumista y cibermema”, buscan significar un cambio, político, social…pero sobre todo humano.

 

Paula Iwasaki es Patri. Su tío le ha prestado un viejo local que tiene para que monte algo, una obra de teatro, sin preocuparse por el alquiler. Es una chica enamorada de los cambios de la historia, y querría contarlos todos al mundo, aunque eso implique explicar algunos detalles a través del programa de mano, para que nadie se pierda. Con una interpretación con mucha fuerza, nos trae un personaje dulce, al tiempo que guerrero. Destacable la capacidad innegable para cambiar de registro en poco tiempo, regalándonos unos personajes llenos de matices y diferentes entre sí. ¡Bravo!

 

Y Guillermo Serrano es Rómulo. Compañero de Patri, es una persona apasionada y sensible. Busca siempre contar las cosas desde un punto de vista artístico, conciso y algo abstracto. Además de su cuerpo y su voz, tiene una herramienta interpretativa que le encanta, su ocarina, y aunque su percepción de sí mismo como músico no es quizá la que comparten los demás, es feliz con ello. Con una vis cómica deliciosa, se convierte en un personaje con el que resulta sencillo empatizar, y del que también decimos que consigue traernos a personajes muy variados y muy bien defendidos, sin duda, ¡felicidades!

 

Una obra al uso que busca salirse de lo convencional, una mezcla de algo que al final descubrimos que no es tan diferente entre sí, una apuesta que merece la pena disfrutar y pensar también cuando ya hemos salido del teatro. Una oportunidad que nadie debe perderse.

 

 

Datos de interés

  • Lugar: Teatro Español sala Margarita Xirgú (Calle del Príncipe 25, Madrid)
  • Fechas: Del 15 de marzo al 15 de abril
  • Horarios: Martes a Sábado 20:30h Domingos 19:30h
  • Venta de entradas:  Web y taquilla