ENTREVISTA: Ara Malikian nos invita a una celebración (Exclusiva)
«15», una gira para no perderse o para perderse en su música.
Por Saladina Jota
ARA MALIKIAN llega a la rueda de prensa sin hacer ruído, sin pomposidad, con alma y con ganas de celebrar. Mira a los ojos y habla con la fuerza y la tranquilidad del que está más dispuesto a ser que a parecer, para contarnos que a partir de septiembre da el pistoletazo de salida de la gira «15». Una gira pensada y sentida como una celebración, un agradecimiento a sus 15 años en España. Santander, Málaga, Valencia, Madrid y Zaragoza son las ciudades que disfrutarán de la pasión, la maestría y la sensibilidad de este músico y compositor único.
«15» da nombre, también, al disco, grabado en el Teatro Real de Madrid, con el que comenzó esta celebración. Celebración con el 15 como protagonista. Un número que recuerda un hecho fundamental en la trayectoria musical y en la vida de ARA MALIKIAN. A los 15 años, cuando era sólo un adolescente, una beca para estudiar en la Hochschule Für Musik und Theater Hannover le trae a Europa y cambia para siempre su destino. A partir de ahí una historia de trabajo, estudio, rebeldía y alguna catastrofe fueron dibjando un camino que acabo en nuestro país, cuando su casa se quemó y su violín se convirtió en su única propiedad.
El próposito de esta gira es el mismo que acompaña al músico desde hace años: acercar la música clásica a todos los públicos. Y para ello sigue apostando por un repertorio en el que conviven la música clásica, el rock, el pop y otros estilos musicales del siglo XX.
ARA MALIKIAN.- Quería hacer una fiesta y estaba buscando un garito para hacer la fiesta y mi manager, buscando el garito, encontró el TEATRO REAL disponible. Hicimos un concierto entre amigos, pero vinieron 2.000 personas.
Saladina.- Esta gira es especial porque llevará el concierto del TEATRO REAL, tal cuál se produjo, a espacios no convencionales para un violín y una orquesta sinfónica como son plazas de toros o pabellones de deportes.
ARA MALIKIAN.- Vamos a imitar el concierto del TEATRO REAL en los espacios en los que vamos a tocar. Una orquesta de 70 jóvenes y la música de Vivaldi, Pagagnini, Sarasate, Paco de Lucía, temas tradicionales españoles y algunas composiciones mías serán los protagonistas de esta gira.
Saladina.- Es evidente que lo primero que se plantea cualquiera, por neófito que sea, es la dificultad para sonorizar una orquesta sinfónica y un violín en espacios no diseñados para ellos.
ARA MALIKIAN.- Vamos a intentar solucionar todos los problemas, lo que menos queremos es que alguien venga a vernos y no pueda escucharnos bien. Es una apuesta arriesgada, especialmente para un concierto de violín, pero por suerte llevamos bastante tiempo girando y estamos acostumbrados a amplificar el violín para que suene a la perfección en espacios grandes. Llevamos trabajando más de diez años y sabemos que hay que asegurar todo al milímetro, porque no queremos defraudar a la gente que viene a vernos. Así que no va a haber problemas.
Saladina.- ¿Cuál es el espacio más sorprendente dónde has tocado?
ARA MALIKIAN.- He llegado a tocar colgado de un edificio de once plantas.
Saladina.- Pero lo que no sabremos con seguridad será el programa del concierto y, por supuesto, las sorpresas que nos anuncia.
ARA MALIKIAN.- Las sorpresas son eso, sino dejarían de serlo. El concierto ha cambiado en un ochenta por ciento desde que comenzó la gira. El viajar y conocer otros músicos, otras culturas, nos inspira y seguro que de aquí a septiembre, cuando comience la gira habremos incluído temas nuevos que todavía no hemos tocado.
Saladina.- Los públicos de Extremoduro y la música clásica, a priori, son distintos.
ARA MALIKIAN.- Siempre he tocado lo que me gusta y ha funcionado. En los conciertos hay niños, mayores, gente que le gusta el rock o la música clásica, el jazz, pero no lo he hecho calculando.
Saladina.- ¿Crees que los académicos al uso entienden realmente a los clásicos? Porque yo no me imagino a Bethoven tocando con corsé, de hecho su actitud parece estár más cerca de la de un rockero.
ARA MALIKIAN.- Es lo que la gente olvida. A estos genios excéntricos, tan revoluicionarios, –Beethoven es uno de los grandes ejemplos- nadie les entendia, a Beethoven incluso le temían, eran un incomprendido. Lo que pasó en estos últimos 100 años en que la música clásica ha sido algo que sólo pertenecía a una clase social y eso llevó a lo que ocurre hoy. Pero, por suerte, poco a poco está volviéndo dónde tiene que estar, con dificultades, pero está volviendo.
Saladina.- Frank Zappa bebió de Pagagnini, ¿Será Frank Zappa un clásico en el futuro?
ARA MALIKIAN.- Frank Zappa es un clásico.
Saladina.- Hay un Malikian divertido, jugueton, extrovertido y otro menos obvio, más profundo. Otro que vuelve su mirada hacia adentro, a la hondura y que, como en la tragedia, desde la quietud, hace que su música se convierta en una explosión de emociones que nos atraviesan.
ARA MALIKIAN.- En el escenario parezco muy extrovertido, pero la verdad es que soy una persona tímida e introvertida. Luego el público me inspira y pierdo toda la noción. A veces la música necesita esa expresión más obvia para que se sienta la emoción, pero otras, como dices, una cosa contenida puede ser una explosión de emociones, que sin aparentar llegue muy adentro. Eso sólo los grandes maestros son capaces de hacerlo -Bach o Shubert-. Es muy dificil con pocas notas transmitir mucho, pero cuando llega esto se convierte un llanto interno que puedes compartir con los demás.
Saladina.- Y esas lágrimas que no se vierten, ¿de dónde salen? ¿Qué le duele a a Ara?
ARA MALIKIAN.- A mí me duele lo mismo que a mucha gente, lo que vemos en la vida cotidiana. Y, a veces, no hace falta ni anunciarlo ni decirlo, son cosas que te mueven y con la música puedes expresarlas. Por eso la música tiene más poder que las palabras. Con las palabras a veces no llegamos y con la música sí
Saladina.- Ara es alguien que no olvida sus raíces en Armenia y Líbano. Un hombre que conoce el horror de la guerra. Un hombre al que la vida ha colocado en un lugar privilegiado en estos momentos y sabe de la necesidad de la solidaridad, que no es lo mismo que caridad. Un hombre que conoce el valor del agradecimiento.
ARA MALIKIAN.- Para mi es muy importante que los cinco conciertos estén realizados en colaboración con ACCIÓN CONTRA EL HAMBRE, con quién ya coolaboré hace cuatro o cinco años, cuando fuimos a Armenia. En este caso haremos una acción para beneficio de los refugiados del Líbano. Hay dos millones de refugiados en Líbano, que están en una situación muy crítica y es el tema más grave desde la segunda guerra mundial. Vamos a trabajar juntos por ellos. Del concierto en el TEATRO REAL surgió el disco «15», que se comercializó a favor de SAVE THE CHILDREN. Entonces comenzamos una gira de más de 180 conciertos por el mundo entero y, como teníamos que parar en algún momento, decidimos que la mejor manera de parar era empezar otro proyecto. En este caso en colaboración con ACCIÓN CONTRA EL HAMBRE.
Saladina.- Líbano es un país donde viven sólo cuatro millones de personas, así que una de cada tres personas es un refugiado. Un país que no ha firmado el CONVENIO DE LOS REFUGIADOS DE 1951 y por tanto dos millones de personas están viviendo en asentamientos informales. Campamentos en los que tienen que pagar un «alquiler»a los señores de la tierra y que les está abocando a recurrir a mecanismos extremos de supervivencia como son el trabajo forzoso, el trabajo infantil y la prostitución. Y el dinero que se recaude con estos cinco conciertos va a servir para coofinanciar un proyecto de huertos nutricionales y cría de animales de granja para garantizar la seguridad alimentaria, sobretodo de los más pequeños, los menores de cinco años. ¿Compartir y ayudar calma el dolor?
ARA MALIKIAN.- Absolutamente, también depende de tu personalidad. Si a uno le gusta la soledad, también puede calmarlo con la soledad, pero es verdad que la compañia en general ayuda.