CRÍTICA: Una historia que te atrapará por su profundidad y sencillez

 

Una propuesta maravillosa y una historia de sentimientos a flor de piel

 

24 horas pueden ser más que suficientes para cambiar drásticamente la vida de alguien. Dos personas atormentadas se refugian la una en la otra durante un período muy breve de tiempo, pero no es necesario más para transformar del todo a cada una de ellas.

Silvia Marsó se atreve con la producción de esta obra de teatro musical de cámara, de Stefan Zweig. Una obra que mantiene los sentimientos a flor de piel durante todo el tiempo, un manifiesto sensible dedicado a expresar la necesidad de libertad, de buscar, de ir a por aquello que nos hace sentir vivos. Un texto profundo que precisa de enormes interpretaciones, como sin lugar a dudas, es el caso.

Una escenografía imponentemente sencilla y eficaz, una maravillosa música en directo gracias al piano, violín y violonchelo que nos acompaña desde el mismo escenario, un gran diseño de luces, una perfecta dirección por parte de Ignacio García y un impecable trabajo actoral son los elementos que componen esta gran apuesta.

Silvia Marsó es Señora C, además de producir, se pone al frente de este elenco para interpretar a esta aristócrata herida, con una necesidad de contar su historia, de liberarse con ello. Cuenta lo que le ocurrió durante solo un día, y cómo eso le cambió la vida. Con una brillante y clara voz cantada que ya hemos podido disfrutar en otros montajes musicales, nos trae a un personaje que pasa por mil contradicciones, que debe tomar decisiones drásticas. Muy destacable su trabajo actoral, preciso y lleno de verdad. ¡Enhorabuena!

 

Felipe Ansola es un joven que se cruza en la vida de la señora por casualidad. Impulsivo, lleno de la fuerza y la determinación que le da su juventud, esconde un gran vacío en su interior. Encontrarse con ella significará un gran cambio. Un magnífico tenor ligero con una preciosa capacidad para expresar mediante la modulación de la voz. Sin lugar a dudas un fantástico trabajo actoral y físico perfectamente compensado para darnos a éste personaje con tanta fuerza y sensibilidad al mismo tiempo. ¡Bravo!

 

Y Germán Torres es un hombre, que bien podría ser un pensamiento, un deseo oculto, la personalización de una actitud. Comparte personaje con Victor Massán, pero en esta ocasión hablaremos sólo de lo que pudimos ver. Tendremos que volver para poder disfrutar del trabajo de su compañero. Un canalla conductor de la historia que se salta la cuarta pared para hacernos partícipes de lo que ocurre. Queremos destacar la gran expresividad de sus movimientos, la vis cómica dentro del drama y la capacidad para nivelar la energía de unos personajes y otros en cuestión de segundos. Un personaje que permanece en escena y que aunque pudiera parecer que no se debe pensar en él, su presencia escénica hace que sea imposible no fijarse en todo lo que va haciendo. Un trabajo genial, una voz potente que esperamos escuchar en otros proyectos venideros. Nuestra más sincera felicitación

 

No hay duda de que se trata de una apuesta novedosa, perfectamente ejecutada en todos los sentidos, desde todos los ángulos, para la que ya quedan pocas funciones. Confiamos en que podamos verlo durante más tiempo, pero mientras tanto, no pierdas la oportunidad.

 

 

Datos de interés

  • Lugar: Teatro de la Abadía – Sala Juan de la Cruz
  • Fechas: Del 13 de diciembre de 2017 al 7 de enero de 2018 
  • Horarios: De martes a sábado, 20:00h. Domingos, 19:00h 
  • Venta de entradas: Web, entradas.com , ticketea y taquilla