CRÍTICA: “Besugo por las paredes”, un monólogo sobre el sin-sentido de la vida
A día de hoy está mal decir que algo está mal, se debe decir que es mejorable, que tiene potencial. Está mal llamar a las cosas por su nombre, incluso dar determinadas opiniones también está mal. A día de hoy hasta el arte de tiempo atrás está mal o puede resultar ofensivo. Todo se puede interpretar para que no parezca tan malo, o maquillar, o ponerle filtros. En este contexto de cuestionable libertad expresiva, Detrimento López pone sobre el escenario un monólogo sin maquillaje, donde, como en la vida, aunque a veces no queramos verlo, las cosas salen mal. Su cuenta de Instagram ya vaticinaba, mediante vídeos promocionales de corta duración, que la creatividad de Diana Lázaro en su Alter Ego podía dar mucho juego sobre un escenario.
Este espectáculo es el resultado de que Detrimento López no pudiera irse a Cuenca a un retiro espiritual para meditar sobre el sentido de la vida. En sus anécdotas y realidades reside la comedia de este monólogo, un conjunto de reflexiones cuidadosamente hiladas para reírnos del corsé social que cada vez se hace más evidente en las redes sociales. Y no es un drama, es una comedia, porque aceptar que las cosas no siempre salen según lo previsto, también forma parte de la felicidad, la real.
Diana Lázaro ha escrito, dirigido y protagoniza este monólogo absurdo donde se ríe de las desgracias, de las suyas que también son nuestras, de las que todo el mundo padece y pocos cuentan pero, especialmente, de las que nadie comparte en Instagram. “La vida es una estafa”, ese es el mensaje que navega entre las historias disparatadas, que no irreales, que Detrimento cuenta sin adornos, sobre un escenario en el que su presencia y su voz son los únicos ornamentos.
“Besugo por las paredes” ha permanecido en el Teatro Lara (sala Lola Membrives) del 28 de noviembre de 2018 al 16 de enero de 2019.