TEATRO: Humor, amor, música… Miguel Rabaneda y su ‘Teatro en bolas’ llega al Teatro Lara
Nadie sabe lo que va a ocurrir durante esta función, lo que se va contar o cantar. Lo único que está asegurado es la risa, la emoción y el vértigo de ver a un actor y un músico en escena que se dejan llevar por los estímulos que les regala el público. ‘Teatro en bolas’ es un espectáculo minuciosamente improvisado protagonizado por Miguel Rabaneda.
Un actor sin texto, un músico sin partitura, una obra sin dirección… Ésta es la esencia de Teatro en bolas, que llega al Teatro Lara el 2 de abril con nueve únicas funciones los sábados a las 22h15 hasta el 11 de junio. Miguel Rabaneda es el alma de este montaje, cara familiar para el público madrileño gracias a su labor como reportero en Madrid Directo de Telemadrid.
Rabaneda no comparecerá ante el público en paños menores como sugiere el título, pero sí lo hará desprovisto de cualquier elemento habitual en un montaje teatral… Por no tener, no tiene ni texto. Lo que sí tiene este actor es una sólida preparación en técnicas teatrales y de improvisación, lo que sostiene una función hilarante guiada por un kamikaze de la escena en la que el público será también protagonista, siempre desde el respeto y las ganas de pasar un buen rato. La sala entera se convierte en escenario y el público en musa inspiradora para cantar y contar historias que nacen de cualquier nimio estímulo generado por los asistentes.
“Es una función impregnada de humor kamikaze en la que nos valemos de la generosidad del público, verdadero protagonista. La música se trama en el momento. Legi (Jandro Legido, músico del montaje) observa por encima de la guitarra, acaricia las teclas del piano y también EN BOLAS siembra melodías, bandas sonoras y canciones inesperadas. Y pasa que nada está escrito y por eso nada puede salir mal”, explica Rabaneda.
Rabaneda y Legido intentarán cazar una primera idea entre el público que inspire el montaje de la obra. En definitiva, no lo tienen muy claro. “Tú vente, que la risa ya viene sola”, es la máxima de este actor que no dejará al público indiferente.
PERO… ¿QUIÉN DIABLOS ES ESTE SEÑOR?
Miguel Rabaneda nació en Málaga y se crió en el Valle de Abdalajís (un pueblo precioso al pie de una sierra). Licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Málaga. Tan pronto como terminó el proyecto fin de carrera se marchó a Madrid para “meter cabeza” en la televisión a través de las prácticas de un Master en Producción Audiovisual. Y como la cabra tira al monte, en cuanto le pusieron un micro en la mano, se echó a la calle. Años de reportero en casi todas las cadenas nacionales (Viva la vida, El programa de Ana Rosa en Telecinco; o Liarla Pardo en La Sexta), actualmente en Madrid Directo (Telemadrid), le han aportado el bagaje para empatizar escuchando, esencia en el arte de la improvisación. Y su continuada formación en impro, clown, interpretación o comedia gestual, le han llevado a construir una propuesta muy personal.
“La interacción con la gente es mi fuerte”, por eso, “este show de improvisación músico-teatral marca la diferencia con el resto”, explica Rabaneda. “Siempre tengo un ojo puesto en lo que pasa en el patio de butacas y cada dos por tres acudo a él, pizarra en mano, para nutrir el libreto que se crea y se interpreta al mismo tiempo”, cuenta el protagonista.
EL ORIGEN DEL SHOW
Este espectáculo surge de Talent Madrid. Entre los más de cuatrocientos proyectos de artes escénicas, se cuela en la final un formato que sorprende a público y jurado por su sencilla puesta en escena: fondo oscuro, piano de cola, pianista y actor. La gente ríe y aplaude sin parar y el mismísimo presidente del jurado, Albert Boadella, estalla en carcajadas. En esos tiempos, Teatro en bolas era solo un experimento que, a día de hoy, ha evolucionado hasta asentarse como una obra que no deja indiferente a nadie. Ha pasado por el Festival Me vuelves Lorca (en dos ocasiones), el Festival Internacional de la Oralidad, Villa de Robles, El Festival del Humor de Meco, o espacios madrileños como Teatro del Barrio, Sala Mirador, Sala Tú y un largo etcétera.