CRÍTICA: Fundamentalmente fantasías para la resistencia o la Matrioshka de actores interpretando a actores que hacen de actores

Por Ana Rodríguez Cabrero

 

 

Hasta el 16 de abril podremos disfrutar en el Teatro Valle Inclán del Alfredo Sanzol que  experimenta, arriesga y de nuevo, enamora al espectador con sus obras llenas de originalidad e  ingenio, en este caso, con una fusión de tragedia y comedia que va de la mano de la necesidad  más humana de invocar la fantasía para enfrentarse a la vida.  

“Yo nunca había sentido en mis manos mi pluma como una herramienta, una herramienta para  la resistencia”, bajo esta premisa Patricia, una dramaturga ucraniana, nos presenta la idea de  que el arte puede servir como vía de escape y refugio ante la realidad para resistir y superar la  adversidad, concretamente ante una situación como es la guerra de Ucrania en la que está  ambientada la obra. Sanzol logra crear un relato que refleja la complejidad de la situación en la  que se encuentran los personajes, así como las tensiones y contradicciones de la sociedad en  guerra utilizando el metateatro como eje. La protagonista crea a unos personajes que  interpretarán a los personajes de una obra de teatro titulada “Pim Pam Putin”, con intención de hacer comedia de la situación tan horrible que están viviendo.  

En cuanto a la dirección, Sanzol demuestra una vez más su habilidad para crear un universo  teatral propio, a través de una estructura narrativa original y una dirección de actores precisa y  acertada. Su visión creativa y su capacidad para integrar distintos elementos, como la música y  el movimiento, crean un resultado de totalidad excepcional. 

Al ser metateatro, la escenografía cambia constantemente a lo largo de la obra y el uso de  recursos visuales, como las luces o los efectos especiales como humo en ciertos momentos  clave, logran crear un ambiente mágico que enriquece aún más la experiencia teatral. 

En cuanto a las interpretaciones, cabría destacar a dos increíbles actores que ya hemos podido  ver en otras obras de Sanzol como son, Natalia Hernández y Juan Antonio Lumbreras, ambos  demostrando una vez más que no hay papel que se les resista. También hay que hacer especial  mención a una joven actriz que cada día va creciendo más y más como es Julia Rubio, un claro  ejemplo y referente para actores y actrices jóvenes. En tres palabras, talento, voz y arrojo.  

En resumen, «Fundamentalmente fantasías para la resistencia» es una obra de teatro que debe  ser vista, es algo único y tan actual que no volverá a pasar.  

“A veces sonreír, es la mejor forma para empezar a llorar”