RESEÑA: «Conspiranoia» Un reflejo cómico de las fisuras en la amistad

Desde el 15 de agosto de 2024, el Teatro Alcázar de Madrid presenta «Conspiranoia», una inteligente comedia romántica que explora el frágil equilibrio entre amistad, ideología y las teorías de conspiración más disparatadas. Escrita por Jordi Casanovas y Marc Angelet, y dirigida con maestría por este último, la obra propone una reflexión sobre lo que ocurre cuando una persona querida empieza a creer en teorías improbables, y cómo ello afecta los lazos entre quienes la rodean.

«Conspiranoia» toma como eje una situación tan cómica como cercana: un grupo de amigos organizando una intervención para devolver a Clara, la amiga terraplanista, al «camino de la razón». Aunque el detonante es disparatado, las implicaciones van más allá de la comedia ligera, tocando fibras sensibles sobre cómo las convicciones personales, por muy absurdas que parezcan, pueden dividir a las personas más cercanas. Casanovas y Angelet logran construir diálogos rápidos y cargados de humor, pero sin perder profundidad en su análisis de las dinámicas de amistad y el poder de las creencias.

El reparto de Conspiranoia es uno de sus mayores aciertos. Cada uno de los actores aporta una personalidad única a su personaje, consiguiendo que el espectador se sienta parte de este grupo de amigos que navegan entre secretos, emociones reprimidas y malentendidos.

Luis Merlo brilla en el papel de Roger, el controlador presentador de radio. Con una interpretación precisa, Merlo logra capturar la tensión entre la preocupación genuina por su mujer y su incapacidad para manejar la situación sin perder los nervios. Su interpretación está llena de matices, equilibrando a la perfección el tono cómico de su neurosis con momentos de vulnerabilidad que revelan su miedo a perder el control de su vida y su relación.

Natalia Millán, en el papel de Clara, ofrece una actuación memorable como la amiga que abraza las teorías conspirativas. Millán otorga a su personaje una calidez que la hace inmediatamente comprensible, incluso cuando sus ideas parecen descabelladas. A lo largo de la obra, su interpretación nos lleva por una montaña rusa emocional, oscilando entre la serenidad con la que defiende sus creencias y las dudas internas que finalmente se asoman.

Juanan Lumbreras, en el rol de Álex, se roba muchas de las risas con su interpretación del escritor de autoficción. Su humor descarado y su actitud despreocupada sirven como contrapunto a la seriedad del conflicto, y Lumbreras maneja este equilibrio con destreza. Su evolución durante la obra, pasando de la incredulidad a convertirse en el más comprometido con la intervención, es sutil pero efectiva, lo que aporta dinamismo a la historia.

Clara Sanchis, como Sonia, es la encarnación del sentido común llevado al límite. Su personaje, una geóloga pragmática, está absolutamente exasperada por las ideas de Clara, y Sanchis logra transmitir esta frustración con una intensidad cómica. Sin embargo, también consigue momentos conmovedores cuando revela las cicatrices emocionales que ha intentado esconder bajo su fachada de seguridad.

La dirección de Marc Angelet sobresale por su precisión. Con una trama que fácilmente podría desbordarse hacia la exageración, Angelet mantiene un tono contenido y una cadencia equilibrada, permitiendo que las actuaciones florezcan sin perder el ritmo cómico. La escenografía de Jose Novoa complementa a la perfección el ambiente de la obra, recreando el espacio íntimo donde se desarrollan los conflictos de esta intervención tan peculiar.

«Conspiranoia» es mucho más que una simple comedia sobre teorías de conspiración. Es una obra profundamente humana que explora con humor y honestidad las complejidades de la amistad, las diferencias ideológicas y el miedo a perder a quienes amamos. Con un elenco excepcional y una dirección impecable, esta comedia romántica es una de las propuestas más refrescantes de la cartelera madrileña, una experiencia que deja al espectador reflexionando y, sobre todo, riendo a carcajadas.