RESTAURANTE: ‘Origen 1952’ Una Experiencia Gastronómica Inmersiva en el Corazón de Zaragoza
Imagina un lugar donde el tiempo se detiene, donde cada plato te cuenta una historia y cada rincón está diseñado para que te sientas parte de una tradición que ha pasado de generación en generación. Eso es Origen 1952, un restaurante que no solo sirve comida, sino que te invita a ser parte de una experiencia única e inmersiva en la que tradición y modernidad se entrelazan de manera magistral.
Ubicado en pleno corazón de Zaragoza, a tan solo unas horas en tren desde Madrid, Origen 1952 es mucho más que un restaurante. Es un espacio donde la cocina de siempre se reinventa con frescura, creatividad y un toque personal que solo la familia Gil puede ofrecer. Leticia Gil, al frente del proyecto, lleva con orgullo el legado de su familia, pero lo hace con una visión que apela a los sentidos de todos, sin importar la edad ni el nivel adquisitivo. Aquí, la experiencia de comer va más allá del simple acto de alimentarse: se convierte en una aventura multisensorial que abarca todos los sentidos.
La Experiencia Inmersiva: Un Viaje a Través de Sabores, Texturas y Sentimientos
Al entrar en Origen 1952, no solo te adentras en un espacio moderno y acogedor, sino que te sumerges en un ambiente donde cada detalle cuenta. La decoración, fresca y juvenil, mezcla elementos tradicionales con toques contemporáneos, creando un entorno relajado pero sofisticado. Los camareros, con sus chaquetillas al estilo Titanic combinadas con deportivas, refuerzan ese enfoque desenfadado y accesible, pero con un nivel de profesionalismo que te hace sentir como en casa desde el primer momento.
Pero lo que realmente transforma una comida en Origen 1952 en una experiencia inmersiva son sus platos. Cada uno está pensado para llevarte de la mano por una travesía sensorial que despierta todos tus sentidos. La carta es un tributo a los ingredientes frescos de la huerta de Tudela y a la tradición gastronómica aragonesa, pero cada plato tiene una historia propia que se cuenta a través de su presentación, sus aromas y, por supuesto, su sabor.
Una Degustación que Conecta con el Pasado y el Presente
Comenzamos nuestra experiencia con un revuelto cremoso de piparras y gambas, un plato que despierta una explosión de frescura y mar. La combinación de las gambas y las piparras, tan propias de la región, crea un equilibrio perfecto entre lo suave y lo picante, entre lo marino y lo vegetal, evocando la sensación de estar en una huerta junto al mar. A continuación, la menestra de guisantes, alcachofas y habas nos transporta a la frescura de la huerta, con una sencillez que resalta la pureza de los ingredientes.
Uno de los platos más intrigantes fue el canelón de pasta fresca relleno de longaniza de Graus, acompañado de una salsa de foie y tartufata. Aquí, la tradición se encuentra con la vanguardia. La longaniza, uno de los productos más tradicionales de Aragón, se convierte en el centro de un plato sofisticado, con sabores intensos que se complementan a la perfección con la suavidad de la salsa de foie. Un verdadero homenaje a las raíces, pero con una visión de futuro.
Luego, la penca de acelga rellena de jamón ibérico, bañada en un velouté de hongos y salsa holandesa gratinada, es una muestra de cómo la cocina puede ser tanto reconfortante como sorprendente. La textura suave de la acelga, el toque salado del jamón ibérico y la cremosidad de la salsa crean una armonía que envuelve el paladar, mientras te lleva a recordar los sabores de casa.
Y cuando llega el tataki de solomillo de bellota 100% macerado con boniato a la brava, la experiencia alcanza su punto álgido. Este plato, uno de los más solicitados, es puro placer. La suavidad de la carne de bellota se deshace en la boca, mientras el toque picante del boniato a la brava añade una explosión de sabor que se complementa perfectamente con la carne. Es un plato que no solo se come, sino que se vive.
No podemos olvidar los postres, que son la culminación perfecta para esta experiencia inmersiva. La tarta de queso fluida, ganadora de premios como la mejor de Aragón, es un manjar cremoso y suave que se derrite en el paladar, mientras que la torrija de siempre, hecha con el cariño de la madre de Leticia, nos devuelve al alma de la cocina casera, esa que sabe a hogar.
Un Espacio para Todos: Diversión, Relax y Comer Bien
Lo que diferencia a Origen 1952 es su capacidad para ofrecer una experiencia gastronómica accesible a todos. Desde los más pequeños hasta los más mayores, todos pueden encontrar en Origen 1952 un lugar donde disfrutar y relajarse. La propuesta es inclusiva, sin dejar de lado la calidad ni la innovación. El ambiente es ideal para todo tipo de clientes, desde los hombres de negocios que buscan una comida tranquila hasta las familias que disfrutan de un espacio relajado y acogedor.
El jardín, un espacio al aire libre del restaurante, es el complemento perfecto para una experiencia gastronómica en pleno contacto con la naturaleza. Ya sea para un almuerzo tranquilo o una cena más distendida, este espacio ofrece un ambiente único para disfrutar de la comida mientras se contempla la vida de la ciudad.
Más que un Restaurante, un Proyecto Familiar con Futuro
Al mirar hacia el futuro, Leticia Gil no solo preserva las recetas de siempre, sino que también innova, integrando los sabores tradicionales con un enfoque más joven y dinámico. Y con la mirada puesta en el crecimiento, el restaurante planea expandir el concepto de Origen 1952 a nuevos destinos. En Citeyoco, te mantendremos informado sobre estos emocionantes planes.
Origen 1952 no es solo un lugar donde comer. Es una experiencia inmersiva que despierta los sentidos, te conecta con la tradición y te invita a vivir la gastronomía como nunca antes. Si estás en Zaragoza, o planeas visitarla pronto, no dudes en reservar tu mesa y ser parte de esta experiencia inolvidable.