TEATRO: ‘La penúltima en casa’ una sitcom teatral que desafía la amistad con brillantez

 

Las reuniones entre amigos de toda la vida suelen estar llenas de recuerdos, anécdotas y, por supuesto, muchas risas. Pero, ¿qué ocurre cuando un evento inesperado convierte una noche de copas en una absurda investigación improvisada? La compañía Tralalart nos sumerge en este delirante enredo con La penúltima en casa, una comedia que, bajo la dirección de Anabel Béjar y con un guion basado en la obra de Ignacio del Moral, mantiene un ritmo impecable y un desarrollo cómico maravilloso.

Desde el primer minuto, La penúltima en casa atrapa al espectador con una energía arrolladora que no da respiro. La acción fluye con una naturalidad milimétrica, sustentada en un guion ágil y diálogos mordaces que mantienen un equilibrio perfecto entre el absurdo y la verosimilitud.  Anabel Béjar, con una dirección precisa y dinámica, convierte lo que podría haber sido un simple enredo en una orquesta cómica donde cada pieza encaja con brillantez.

Edu Rodel encarna a un Antonio que oscila entre lo cómico y lo obsesivo, con una gestualidad precisa que sostiene la tensión dramática sin perder el tono ligero. Víctor Soto -cover-, en el papel de Bernardo, aporta una energía chispeante, con una capacidad para la réplica rápida que convierte cada línea en un golpe de humor mordaz. Gonzalo Rus, como Carlos, se desliza entre la melancolía y el sarcasmo, con una expresividad que hace de su personaje el más entrañable del grupo.

Paty Delas  (Anabel) aporta una presencia escénica magnética, con interpretaciones frescas y llenas de matices, logrando que su personaje se sienta auténtico. Anabel Béjar (Belén), en su rol de la influencer joven y algo ingenua, arranca carcajadas con su mezcla de candidez y excentricidad. Su química en escena es palpable, y permite que las situaciones más inverosímiles se desarrollen con absoluta credibilidad. Finalmente, Edu Alvero, en su breve pero crucial papel como el camarero, se convierte en la chispa que enciende el conflicto, con una presencia breve pero cargada de intención y picardía.

Además de los increíbles artistas que estuvieron en el escenario, no podemos dejar de reconocer a Nacho Martín, titular de Bernado, y a Ángela Carrero, cover de Anabel. Ojalá en la próxima ocasión tengamos la suerte de verlos actuar.

Lo que comienza como una velada rutinaria se convierte en un torbellino de acusaciones disparatadas cuando Antonio, después de la cena, insiste en invitar a todos a su casa para «la penúltima». Pero su invitación no es casual: el camarero le ha advertido que alguien en la mesa ha cometido un acto imperdonable. Así comienza un juego de sospechas, secretos y revelaciones incómodas que recuerdan a las mejores sitcoms del absurdo, con una estructura narrativa que no da tregua y un crescendo humorístico que mantiene al público en vilo hasta el último momento.

La puesta en escena es otro de los grandes aciertos de la obra. Béjar maneja con maestría los espacios y los movimientos de los actores, generando una sensación de encierro que potencia la tensión cómica y refuerza el carácter asfixiante del enredo. La dirección consigue extraer de cada intérprete un registro humorístico preciso, donde cada gesto, mirada y pausa están medidos al milímetro para potenciar el impacto de los gags.

El texto, plagado de réplicas ingeniosas y situaciones inesperadas, no solo hace reír, sino que también invita a la reflexión sobre la amistad y sus límites. ¿Conocemos realmente a nuestros amigos de toda la vida? ¿Hasta qué punto confiamos en ellos? La obra plantea estas preguntas con una ironía deliciosa que convierte lo cotidiano en un escenario de pura comedia.

Uno de los grandes aciertos de La penúltima en casa es su capacidad de adaptación. Más allá del circuito teatral tradicional, la obra también está diseñada para empresas en formato de teambuilding, una propuesta que permite incorporar a un «invitado especial» con detalles personalizados, haciendo que cada función sea única y cercana al público. Esta versatilidad demuestra la solidez del material y la capacidad de los actores para improvisar y adaptarse a diferentes contextos sin perder el pulso de la comedia.

Actualmente, la producción se encuentra en el Circuito de Distritos de Madrid, llenando cada sala en la que se presenta. Su mezcla de humor rápido, enredos inverosímiles y situaciones reconocibles la convierte en una opción imprescindible para quienes buscan una comedia que no solo entretiene, sino que deslumbra con su ejecución impecable.

Si alguna vez te has sentido en medio de un enredo absurdo con tus amigos, si te has encontrado atrapado en una discusión sin sentido o si simplemente quieres pasar una noche de carcajadas sin pausa, La penúltima en casa es la obra perfecta. Porque, al final, todos hemos tenido una «penúltima» que lo cambia todo… o que simplemente se nos va de las manos.

Para no perderte ninguna de sus funciones, puedes seguir a la compañía en Instagram en @c.tralalart, donde publican todas sus fechas y novedades. La penúltima en casa estará en el Centro Cultural Bohemios en Villaverde el viernes 21 de marzo a las 19h y en el Centro Cultural El Madroño en Vicálvaro el viernes 9 de mayo a las 19h, con muchas más funciones que anunciarán próximamente en sus redes.