MUSICAL: Los pilares de la tierra, el musical: una experiencia épica e inolvidable
Los pilares de la tierra, el musical, una adaptación espectacular de la famosa novela de Ken Follett, ha llegado para dejar una huella imborrable en el mundo del teatro. Estrenada mundialmente en noviembre de 2024 en el Teatro EDP Gran Vía, esta superproducción ha conquistado al público con su deslumbrante puesta en escena, la calidad de su elenco y la fuerza emocional que desprende en cada uno de sus momentos. Esta adaptación no solo narra una historia, sino que ofrece una experiencia sensorial completa, sumergiendo al espectador en la Inglaterra medieval, donde pasión, lucha y ambición se entrelazan a cada paso.
Un viaje sensorial: Escenografía y Dirección
Desde el primer instante en que el público entra al teatro, la escenografía de Ricardo S. Cuerda deja sin aliento. La estructura de la catedral de Kingsbridge, que es uno de los puntos neurálgicos de la obra, se erige majestuosamente en el escenario, simbolizando la lucha y el sueño de los personajes. La atmósfera creada por Cuerda, unida a la dirección de Federico Barrios Fierro en la coreografía, logra hacer del espacio una parte activa de la historia. La escenografía no es solo un telón de fondo, sino un personaje más, que evoluciona conforme avanza la trama. Barrios Fierro, además, ha logrado una coreografía dinámica que acompaña perfectamente la narrativa, creando momentos de tensión y de esplendor visual que mantienen al público cautivo durante todo el espectáculo.
La música: un alma sonora que eleva la historia
La partitura de Iván Macías se ha consolidado como una de las grandes fortalezas del musical. Las composiciones no solo acompañan la acción, sino que refuerzan la intensidad emocional de la historia. Cada pieza está diseñada para crear atmósferas únicas: desde las secuencias de lucha y ambición hasta los momentos de ternura y amor. La dirección musical de Laurence Aliganga ha sido esencial para dar vida a la música, logrando que los arreglos orquestales y vocales se fusionen a la perfección con las interpretaciones de los actores. La supervisión vocal de María José Santos, directora vocal, también ha jugado un papel clave, permitiendo que cada cantante se exprese con máxima claridad emocional, y la música se convierta en una extensión de la narrativa.
El elenco: vocación, talento y entrega
El elenco de Los pilares de la tierra, el musical es una muestra de talento sobresaliente, con una interpretación vocal y actoral que logra emocionar en cada escena. Cristina Picos, en el papel de Aliena, destaca por su potente voz, capaz de transmitir la lucha interna de un personaje que atraviesa adversidades con valentía. Su interpretación en los momentos clave de la obra es simplemente impresionante, elevando la carga emocional del personaje y llevando al público a sentir su dolor y determinación. Picos logra una conexión única con los espectadores, encarnando a una mujer decidida a recuperar el legado perdido de su familia.
A su lado, Javier Ariano brilla con fuerza en su interpretación de Jack Jackson. La calidez de su voz y la fuerza de su presencia escénica crean una química innegable con Aliena, llevando al público a sumergirse en la relación entre ambos personajes. Los duelos vocales entre Ariano y Picos logran una armonía impresionante que se convierte en uno de los momentos más destacados del espectáculo.
Los villanos de la obra, Javier Ibarz como Waleran Bigod y Alex Forriols como William Hamleigh, imprimen una energía única al musical. Ibarz crea un Waleran despiadado y calculador, cuyas intervenciones son intensas y llenas de tensión. Forriols, por su parte, se apodera del escenario con su presencia dominante, dando vida a un William Hamleigh tan temible como carismático. Ambos logran ofrecer una interpretación sólida que eleva las dinámicas de poder y lucha en la historia.
Gustavo Rodríguez, como el hermano Philip, aporta la calma y la sabiduría necesaria al relato, con una interpretación vocal precisa que complementa perfectamente la intensidad de los demás personajes. Noelia Cano, como Matilde, da vida a un personaje que refleja la perseverancia en tiempos difíciles, y Angels Jiménez, en su papel de Lady Regan Hamleigh, presenta una interpretación que mezcla ambición y vulnerabilidad, dejando una huella en el público.
Alain Damas, como Lord Percy Hamleigh, añade una capa de complejidad a la historia con su interpretación de un noble frío y calculador, mientras que Rodrigo Blanco, como el Rey Esteban, aporta a la obra una presencia imponente, equilibrando bien las tensiones de poder. Alberto Vázquez, quien da vida a Bartholomew, aporta la madurez y sabiduría de un padre que lucha por el futuro de su hija, mientras que Ruth Ge interpreta a Elizabeth con una sensibilidad que transmite la fuerza interna del personaje.
El joven Nicolás Colomer, como Richard, tiene una interpretación que refleja las frustraciones y desafíos de un hijo que lucha por encontrar su camino. Guillermo Pareja, como Alfred Builder, presenta a un hombre decidido que tiene sus propios ideales, y Pablo Abad como Remigius da una brillante interpretación de un monje lleno de fe y carisma.
Aurora Frías, como Agnes Builder, ofrece una actuación sólida que equilibra la fuerza y la ternura del personaje, y Rocío Margón, que también se desempeña como capitana de danza, se hace notar con sus enérgicas intervenciones en las coreografías del espectáculo. Camila Puelma, Adrián Quiles, Ernesto Santos y Vanesa Fernández completan un elenco versátil y talentoso que aporta dinamismo y frescura a la obra.
Un equipo artístico en total sincronía
El trabajo del equipo creativo detrás de esta obra ha sido fundamental para lograr el nivel de excelencia que Los pilares de la tierra ofrece al público. Ignasi Vidal, director de actores, ha logrado una armonía perfecta entre la intensidad emocional de los actores y la naturaleza épica de la historia. Cada actor está perfectamente integrado en su papel, permitiendo que la narrativa se desarrolle de forma natural y fluida.
El diseño de vestuario de Marietta Calderón y el trabajo de Aarón Domínguez en caracterización y peluquería no solo aportan belleza visual, sino que también refuerzan la identidad de cada personaje. Cada traje, desde la nobleza hasta los humildes aldeanos, está diseñado para reflejar no solo el estatus social, sino también las luchas internas de los personajes. Estos detalles visuales complementan la narrativa y contribuyen a sumergir al espectador en el universo medieval.
La dirección técnica de Pablo Santos asegura que todos los aspectos técnicos del musical funcionen de manera impecable, mientras que Felipe Ramos, diseñador de iluminación, logra captar perfectamente las distintas atmósferas de la obra, utilizando la luz no solo como un elemento funcional, sino como un recurso dramático que acompaña la acción. Las coreografías creadas por Federico Barrios Fierro están acompañadas por un trabajo de diseño de movimiento que mantiene un equilibrio entre el dinamismo y la elegancia de la obra.
La dirección artística supervisada por María José Santos asegura que todos los elementos del musical, desde las interpretaciones vocales hasta las puestas en escena, se alineen con la visión global del proyecto.
Finalmente, el trabajo de Dario Regattieri como productor ejecutivo ha sido esencial para que esta superproducción vea la luz, apoyando un proyecto tan ambicioso y garantizando que cada detalle esté a la altura de las expectativas.
Un espectáculo que deja huella
Los pilares de la tierra, el musical es una obra que, desde su estreno, ha evolucionado para ofrecer una experiencia aún más envolvente y cautivadora. La combinación de una escenografía asombrosa, una música que toca las fibras más profundas y un elenco de altísimo nivel hace que esta producción sea imprescindible. Gracias a la dirección artística de primer nivel, el trabajo vocal impecable y el diseño escénico inmersivo, el público no solo observa la historia, sino que vive y respira en ella. Esta es, sin lugar a dudas, una de las grandes producciones teatrales de la temporada, y un musical que se recordará durante muchos años.