LIBROS: Una joya ilustrada que celebra la belleza del alma


En una edición que destila arte y sensibilidad, Cécile Roumiguière y Benjamin Lacombe revitalizan el eterno relato de La Bella y la Bestia, llevándolo a un nivel de exquisitez tanto literaria como visual. Publicado por el sello Edelvives, este volumen se presenta como un verdadero homenaje a la diferencia, la bondad y el amor que trasciende las apariencias.

Roumiguière, con una prosa sutil y cargada de emotividad, reinterpreta el clásico desde una mirada profunda y humana. Inspirándose en la historia real de Pedro Gonzales —el célebre «hombre salvaje» de Tenerife del siglo XVI—, la autora da voz a todos aquellos que, a lo largo de la historia, fueron marginados por no encajar en los moldes de la «normalidad». Su Bella no solo es hermosa en su apariencia, sino valiente y compasiva, capaz de ver más allá de lo que los ojos capturan.

El acompañamiento visual de Benjamin Lacombe es sencillamente deslumbrante. Su trazo minucioso y su paleta de colores intensos y sombríos crean una atmósfera de ensueño gótico que envuelve cada página. La portada, en particular, es un manifiesto estético en sí misma: un instante de ternura y promesa entre Bella y Bestia, iluminado por una profusión de candelabros y rosas, bajo la atenta mirada de esculturas inquietantes que evocan la soledad del castillo encantado.

Con una encuadernación de tapa dura y dimensiones generosas (220 mm x 300 mm), esta obra se siente como un tesoro entre las manos. El uso de letra de imprenta facilita una lectura fluida, ideal para jóvenes lectores, pero también para quienes buscan redescubrir este cuento en una edición de alta calidad.

La Bella y la Bestia no es solo un libro, es una experiencia estética y emocional que invita a detenerse, contemplar y reflexionar sobre lo que realmente significa amar y ser amado. Una pieza imprescindible para los amantes de los cuentos clásicos, la ilustración artística y la literatura que transforma.

En Citeyoco celebramos esta edición como un recordatorio luminoso de que la belleza auténtica siempre nace del corazón.