LIBROS: ‘Juego de polvos’ Cuando el deseo escribió la Historia

¿Y si te dijera que los grandes giros de la historia universal no se decidieron únicamente en campos de batalla, tratados diplomáticos o coronaciones solemnes, sino también entre sábanas revueltas, miradas encendidas y pactos sellados con besos furtivos? Eso —y mucho más— es lo que propone Juego de polvos, el más reciente y provocador libro de Alejandra Hernández, una historiadora que convierte el pasado en un chisme delicioso con rigor académico y una dosis perfecta de irreverencia.

Alejandra, conocida en redes como @tcuentounahistoria, ya dejó claro con Esta historia apesta que la Historia no tenía por qué oler a naftalina. Ahora, en esta segunda entrega editorial publicada por HarperCollins, sube la apuesta y nos invita a desvestir el pasado. Literalmente. A través de una selección tan entretenida como bien documentada de episodios históricos, Juego de polvos revela cómo el amor, el sexo y el deseo no solo condimentaron la vida íntima de figuras célebres, sino que en muchos casos alteraron el rumbo de naciones enteras.

Desde los excesos de los Borgia y sus escandalosos bailes vaticanos, hasta las pasiones ocultas de Isabel I, Catalina la Grande o Teodora de Bizancio, el libro se mueve entre la anécdota y el análisis sin perder nunca su espíritu lúdico. Con estilo chispeante y una narrativa que mezcla el rigor de una historiadora con la picardía de una narradora oral, Hernández no se limita a exhibir curiosidades de alcoba. Su mayor mérito es conectar los hilos invisibles entre las decisiones del corazón (o del cuerpo) y los grandes movimientos políticos, sociales y culturales de la humanidad.

Juego de polvos es un desfile de amores clandestinos, alianzas estratégicas bajo las sábanas, traiciones amorosas con consecuencias geopolíticas y mujeres que, contra todo pronóstico, usaron su poder sexual como palanca de influencia en mundos gobernados por hombres. No hay pudor en la pluma de Alejandra, pero sí inteligencia: cada historia está cuidadosamente contextualizada, iluminando las estructuras de género, las hipocresías morales y los juegos de poder que se escondían tras las cortinas de terciopelo de los palacios.

Es, en el mejor sentido, un libro incómodo. Porque pone en evidencia lo que tantos manuales han querido ocultar: que el cuerpo, el deseo, el placer y la traición han sido tan motores de la historia como cualquier guerra o tratado. Y también es un libro necesario. Porque devuelve a las mujeres su lugar en la historia no como meros adornos de las biografías masculinas, sino como protagonistas activas, inteligentes, transgresoras. Las que decidieron amar a su manera y cambiaron el mundo en el proceso.

¿Recomendado? Sin duda. Pero no lo leas esperando una lección convencional. Juego de polvos es Historia con mayúscula escrita desde el colmillo afilado de una autora que no teme meter el dedo en la llaga —ni el morbo en el archivo. Es también una reivindicación de la divulgación como arte y como arma: accesible, adictiva y desafiante. Y lo más importante, demuestra que la Historia, esa que tantas veces nos enseñaron como un catálogo de fechas y nombres lejanos, también puede hacernos reír, sonrojar… y pensar.

Un libro que no solo se lee: se disfruta. Y que confirma a Alejandra Hernández como una de las voces más audaces y originales de la divulgación histórica actual. ¡A jugar!