CINE: Romance y catástrofe en la nueva película de Martín Cuervo

 

Martín Cuervo regresa a la gran pantalla con Bajo un volcán, un drama romántico con alma de thriller naturalista, que se desliza entre las tensiones de la tierra y las del corazón. Protagonizada por William Levy y una magnífica Maggie Civantos, la película se estrena en cines el próximo 20 de junio, con el sello de Beta Fiction Spain y la producción de Secuoya Studios.

Ambientada en un paraje tan visual como emocionalmente volcánico —las islas Canarias durante una posible erupción—, Bajo un volcán cuenta la historia de Mario, un piloto militar (Levy), y Dani, una brillante vulcanóloga (Civantos), cuya conexión inicial es tan explosiva como el entorno que los rodea. Con guion del propio Cuervo e Irene Niubó, la cinta se construye sobre la tensión constante de lo inminente: la amenaza natural y el deseo contenido.

Pero si hay algo que convierte esta propuesta en una experiencia memorable es la interpretación de Maggie Civantos. Alejada del registro al que nos tenía acostumbrados, la actriz se entrega a un papel que exige rigor técnico, profundidad emocional y una capacidad de contención pocas veces vista en el cine romántico reciente. Dani no es solo la voz científica entre el caos: es el ancla emocional de la historia. Civantos compone un personaje íntegro, complejo, y absolutamente creíble, que navega entre la vocación profesional y la vulnerabilidad íntima con una naturalidad que deslumbra.

William Levy, por su parte, aporta carisma y presencia física a un personaje que se define desde el contraste: un hombre de acción ante una mujer de ciencia, lo que permite al guion explorar el clásico tropo de los opuestos que se atraen con un cierto aire renovado. La química entre ambos es palpable, aunque en más de una escena es Civantos quien eleva el nivel de la interacción.

El cine de catástrofes y el melodrama romántico rara vez se equilibran con tanto acierto. Cuervo logra una puesta en escena visualmente cuidada, con un ritmo narrativo que nunca se abandona al efectismo fácil. La tensión geológica se convierte en una metáfora efectiva del conflicto interno de los personajes, en especial de Dani, cuyo viaje emocional es el verdadero motor de la película.

Con un reparto secundario sólido —destacan Adriana Torrebejano y Elia Galera— y una dirección que bebe del estilo narrativo del cine americano sin renunciar al pulso del cine español, Bajo un volcán es una obra que busca y encuentra el punto de fusión entre espectáculo y emoción.

Bajo un volcán es un drama romántico de altos vuelos. Una película que, sin hacer ruido, logra sacudir al espectador desde el corazón mismo de la tierra.