CINE: «Cómo entrenar a tu dragón»: Una adaptación mágica que vuela alto

Mason Thames (right) as Hiccup with his Night Fury dragon, Toothless, in Universal Pictures’ live-action How to Train Your Dragon, written and directed by Dean DeBlois.

Ha llegado el día. Hoy, 12 de junio, aterriza en la gran pantalla la esperadísima versión en acción real de Cómo entrenar a tu dragón, y lo hace con el rugido de una superproducción que no pierde la ternura del original. Bajo la batuta del cineasta Dean DeBlois, que dirigió y escribió la aclamada trilogía animada de DreamWorks, esta nueva entrega es mucho más que una reedición visual: es una reinvención emocional, estética y narrativa que consigue lo que parecía imposible —igualar, y en algunos aspectos superar, la magia de la versión animada.

Un salto ambicioso: del dibujo al realismo

Basada en la saga literaria de Cressida Cowell y con un legado cinematográfico que ha marcado a toda una generación, Cómo entrenar a tu dragón se reinventa para un nuevo público sin renunciar a su esencia. En esta ocasión, la historia se reconstruye en carne y hueso, pero sin perder ni un ápice del corazón que convirtió la original en un clásico contemporáneo.

Dean DeBlois demuestra nuevamente su extraordinaria sensibilidad como narrador, sabiendo que lo importante aquí no son solo los dragones —aunque los hay, y espectaculares—, sino el proceso de transformación de sus personajes. La película encuentra el equilibrio perfecto entre la espectacularidad de los efectos visuales y la profundidad emocional de su historia. No es solo un espectáculo visual: es una experiencia inmersiva que toca fibras muy íntimas.

Hipo y Desdentao: una amistad que sigue brillando

Mason Thames (visto en Black Phone) se mete con solvencia en la piel de Hipo, el joven vikinguito enclenque, sensible e ingenioso que no encaja en la sociedad de Mema. Su interpretación logra dotar de realismo a un personaje icónico de la animación, y su conexión con Desdentao —una criatura generada por ordenador que, sin embargo, respira con alma propia— es uno de los grandes triunfos de la película.

Desdentao, el dragón Furia Nocturna que todos adoramos, luce como nunca gracias a un trabajo de animación digital sobresaliente. Sus expresiones, su mirada, su vulnerabilidad… hacen que uno olvide por momentos que está ante un efecto especial. El vínculo entre él y Hipo sigue siendo el eje emocional de toda la historia, y aquí cobra una dimensión aún más profunda.

Astrid, Estoico y los secundarios: carisma al servicio del relato

Nico Parker deslumbra como Astrid, la joven vikinga valiente y feroz, que no es simple acompañante sino verdadero motor narrativo. La actriz, que ya sorprendió en The Last of Us, demuestra carisma, fuerza y sensibilidad en una interpretación impecable.

Gerard Butler retoma el rol de Estoico el Inmenso, el jefe de la tribu y padre de Hipo, ofreciendo una interpretación con matices trágicos, que gana fuerza frente a cámara real. El reparto lo completan figuras como Nick Frost, Julian Dennison, Ruth Codd o Peter Serafinowicz, que aportan frescura, humor y humanidad en una historia que no teme mezclar momentos cómicos con pasajes de profunda emotividad.

Visualmente deslumbrante, narrativamente fiel

Rodada como parte del programa Filmed for IMAX®, la película es un derroche de espectacularidad técnica. Los vuelos a lomos de dragones, los paisajes marinos, los acantilados escarpados y los enfrentamientos vikingos están diseñados para ser vividos, no solo vistos. La cámara de DeBlois nos sumerge literalmente en un mundo mitológico lleno de texturas, luces y movimientos que enriquecen la acción sin eclipsar lo verdaderamente importante: el crecimiento personal, el valor de la empatía y el cuestionamiento de las tradiciones heredadas.

El guion adapta con inteligencia la historia conocida, manteniendo los giros clave que hicieron vibrar a millones de espectadores, pero dándole un tono más maduro, sin dejar de ser apto para toda la familia. Es una película que pueden disfrutar los más pequeños, pero que tiene capas de lectura que hablarán directamente al público adulto que creció con la trilogía original.

Un mensaje atemporal para una nueva generación

En un mundo donde la diferencia todavía es motivo de miedo y exclusión, Cómo entrenar a tu dragón vuelve a recordarnos que la verdadera fuerza reside en entender al otro. En construir puentes donde antes había muros. En cuidar lo que nos da miedo hasta que deja de parecer tan terrible. Esa es la lección que Hipo y Desdentao nos enseñaron hace más de una década, y que hoy resuena más que nunca.

Con una duración de 2 horas y 5 minutos, la película no se hace larga en ningún momento. Al contrario, se siente como una travesía necesaria, con un ritmo ágil y una emotividad constante que culmina en un desenlace poderoso y satisfactorio.

La versión en acción real de Cómo entrenar a tu dragón es, sin exagerar, una de las mejores adaptaciones de animación a imagen real que se han hecho hasta ahora. Respeta, conmueve y emociona. Un regalo para los fans de siempre y una puerta de entrada perfecta para nuevas generaciones.