FESTIVAL: Una descomunal Concha Velasco enloquece al público
Una descomunal Concha Velasco enloquece al público que llenaba el Festival de Alcántara en el estreno de la 32ª edición
1.600 espectadores colgaron el cartel de completo en la primera noche del certamen alcantarino de teatro clásico, con ‘Reina Juana’
Las entradas se agotaron días antes de la representación, y como no podía ser de otra forma, la actriz vallisoletana deleitó al público con una actuación memorable, que obtuvo como recompensa diez minutos de aplausos
Lleno total y éxito rotundo en el estreno de la 32ª edición del Festival de Teatro Clásico de Alcántara. Una soberbia actuación de Concha Velasco, en su papel de Juana la Loca, maravilló a las 1.600 personas que abarrotaron anoche el patio de butacas del Conventual de San Benito. La actriz estuvo sublime en ‘Reina Juana’, un bellísimo y sobrecogedor monólogo de Ernesto Caballero dirigido con maestría por Gerardo Vera. Como recompensa a esa hora y media de sentimientos descarnados sobre el escenario, la gran Concha Velasco obtuvo diez minutos de aplausos de un enfervorecido público que reconoció así una de las mejores interpretaciones que se recuerdan en el certamen.
La ovación a Concha Velasco fue una de las más clamorosas escuchadas en el Conventual alcantarino, según coincidieron en reconocer distintos seguidores del certamen desde su primera edición.
En un monólogo cargado de alma y como única actriz sobre el escenario, Concha Velasco, se convirtió en Juana de Castilla (más conocida como Juana la Loca) uno de los personajes más conmovedores de nuestra historia, para contarnos sus vivencias y, por supuesto, rendir cuentas a las personas que estuvieron en su vida, antes de morir sola y alejada de lo que más quería: sus hijos.
El montaje de Siempre Teatro y Grupo Marquina nos retrotrae a la madrugada del 11 al 12 de abril de 1555, la noche de la muerte de Juana I de Castilla, en la que esta pide ver a su confesor, Francisco de Borja. Ante la mirada imaginaria del religioso, la reina española, encerrada desde 1509 en el castillo de Tordesillas, hace un viaje hacia atrás y hacia delante en sus recuerdos llevando al espectador a bordo de su mente a la deriva por un siglo de Historia de España.
A través de la maestría de Concha Velasco, Ernesto Caballero y Gerardo Vera se aprecia cómo Juana de Castilla fue convertida en una sombra, primero por su marido, Felipe el Hermoso; después por su padre, Fernando el Católico, quien la recluye en Tordesillas; y finalmente por su hijo Carlos V, que la ignora.
Una mujer, una reina destrozada emocionalmente por sus grandes contradicciones, por su rebeldía, por su fuerte personalidad y por un enorme desequilibrio afectivo que cristaliza en ese paseo por el amor y la muerte que es su matrimonio con Felipe de Habsburgo.
“No he querido formar parte de su mundo, el mundo de los cuerdos”, proclama la Reina Juana-Concha Velasco en un momento culmen de la obra.
Desde el primer minuto, el público empatiza con esta Juana la Loca humana, sensible, rebelde… Juana, la hija, la madre, la amante, la reina.
Al término de la representación, Concha Velasco, sola sobre el escenario, quiso dirigirse a su público para agradecer la pasión de todo un pueblo, Alcántara, por el teatro.