CINE: ‘La Sustancia’ Un thriller visceral sobre la tiranía de la perfección femenina

 

La Sustancia, dirigida por Coralie Fargeat, es una provocativa y visualmente impactante película que desafía las convenciones del cine de género al combinar sátira, ciencia ficción y un feroz comentario social sobre los cuerpos femeninos y la obsesión por la perfección. A través de una narrativa distópica, la película cuenta la historia de un revolucionario producto que permite a las mujeres crear versiones “mejoradas” de sí mismas, pero con una condición inquietante: deben compartir sus vidas en semanas alternas, dividiendo su tiempo entre la versión original y la nueva.

La historia, lejos de ser una simple fantasía futurista, explora temas profundamente enraizados en la realidad actual: la presión incesante sobre las mujeres para cumplir con estándares físicos inalcanzables y el control que la sociedad ejerce sobre sus cuerpos. La Sustancia plantea una feroz crítica al culto de la juventud y la belleza perpetua, con una premisa que, aunque fantástica, resuena con las luchas que enfrentan las mujeres en un mundo saturado de imágenes idealizadas.

Demi Moore brilla en su papel de Elisabeth, una mujer que lucha por mantener su relevancia y sentido de sí misma en un entorno que la valora únicamente por su apariencia. Moore, reconocida por su estatus icónico en Hollywood, ofrece una interpretación matizada que revela tanto la fragilidad como la fuerza de su personaje. Su Elisabeth es una figura compleja, atrapada en la contradicción de querer escapar de las presiones sociales mientras se ve seducida por la promesa de ser más joven, más bella y, por tanto, más deseada.

En contraste, Margaret Qualley aporta frescura y dinamismo al personaje de Sue, la versión mejorada de Elisabeth. Sue es la encarnación de todos los ideales impuestos por la cultura contemporánea: joven, perfecta y aparentemente libre de defectos. Sin embargo, Qualley logra dotar a su personaje de una vulnerabilidad sutil, mostrando que, detrás de esa fachada perfecta, se oculta un profundo conflicto. A medida que la película avanza, Sue comienza a cuestionar su existencia, lo que añade una capa de complejidad a la trama y refuerza el mensaje de que, incluso la versión «perfecta», sigue siendo prisionera de los mismos sistemas opresivos.

La tensión entre las dos mujeres no es solo física, sino emocional y psicológica. Fargeat utiliza esta dualidad para explorar el sentido de identidad y la autoimagen, mientras las protagonistas se ven atrapadas en una lucha de poder que refleja las imposiciones sociales sobre el cuerpo femenino. Ambas actrices construyen una química fascinante, donde el espectador puede sentir tanto la atracción como el rechazo entre ellas, en un tira y afloja constante que simboliza la batalla interna de toda mujer bajo la presión de ser “perfecta”.

Más allá de las impresionantes interpretaciones de Moore y Qualley, La Sustancia es visualmente deslumbrante. La fotografía, a cargo de Benjamin Kračun, juega con colores saturados y una estética futurista que acentúa la naturaleza artificial de este nuevo mundo. Los escenarios y el diseño de producción, cuidadosamente elaborados por Stanislas Reydellet, refuerzan la atmósfera distópica, mientras los efectos visuales acentúan el proceso de transformación física que atraviesan las protagonistas.

Pero lo que realmente destaca es el guion de Fargeat. La directora y escritora no se conforma con una crítica superficial, sino que profundiza en los mecanismos psicológicos y culturales que perpetúan esta obsesión por el control del cuerpo femenino. En entrevistas, Fargeat ha señalado que la película nace de su propia experiencia personal y política como mujer en una sociedad que constantemente evalúa su valor a través de su apariencia física. Este trasfondo personal otorga a la película una fuerza emocional palpable, ya que La Sustancia no es solo un comentario social, sino también una forma de liberación.

La Sustancia es mucho más que una simple película de ciencia ficción. Es una reflexión audaz y visceral sobre los estándares inalcanzables de belleza y juventud, y cómo estos afectan la vida de las mujeres. Con actuaciones impresionantes de Demi Moore y Margaret Qualley, y una dirección que combina el horror psicológico con una aguda sátira social, Coralie Fargeat ofrece una obra que es tan entretenida como impactante. Este filme no solo es un llamado a la rebelión contra la tiranía de la imagen perfecta, sino también una exploración profunda de lo que significa ser mujer en un mundo que constantemente redefine y controla su valor.

 

LA SUSTANCIA‘ (‘THE SUBSTANCE‘) llega a nuestros cines el próximo 11 DE OCTUBRE de la mano de Elastica y Filmin.