TEATRO: ‘Santas y Perversas’ Un Misterio de Risas en el Convento
«Santas y Perversas», dirigida y escrita por José Warletta, es una comedia que desafía las convenciones a través de un ingenioso juego de personajes y situaciones en un convento donde las reglas son puestas a prueba. La obra, que se presenta en el Teatro Lara, mezcla humor y crítica social, invitando a los espectadores a reflexionar sobre la moralidad y la fe.
La trama gira en torno al Inspector Jefferson, interpretado por Joseba Priego, quien llega al convento para investigar un misterio que pone en jaque la tranquilidad de las monjas. La interpretación de Priego es brillante, logrando un equilibrio perfecto entre la seriedad de su papel y la comicidad de las situaciones que enfrenta.
Miguel de Miguel, en su doble rol como el Alguacil Bob y la Hermana Emma Constanza (la ciega), aporta un toque de humor absurdo que resuena en cada escena, mientras que Eva Rodríguez como la Madre Abadesa Violeta Simoneti, impone autoridad y mucha comedia, mostrando la dualidad de su personaje en medio de los dilemas que surgen. Fernando Bodega, en el papel de la Hermana Soledad Cawell (la muda), destaca por su expresividad corporal, creando momentos memorables sin pronunciar una sola palabra. David Ortega, como la Hermana Urzuri Zorione (la vasca), añade una dosis de picardía y humor a la mezcla, consolidando un elenco excepcional.
La dirección de Warletta se ve acompañada por un equipo técnico talentoso. La escenografía, diseñada por Cris y Manu, sumerge al público en un ambiente conventual que contrasta con las situaciones hilarantes que se desarrollan. Las luces y el sonido, a cargo de Dolores e Inma, crean un entorno envolvente que realza cada momento de la obra. La coreografía, dirigida por Luis Santamaría, complementa la acción, aportando dinamismo y ritmo a la narrativa.
«Santas y Perversas» es más que una simple comedia; es una reflexión divertida sobre la vida, la fe y las contradicciones humanas. Con un elenco talentoso y una dirección creativa, esta obra promete no solo risas, sino también momentos de profunda reflexión. Una experiencia que no debe perderse en el Teatro Lara.