CINE: Bridget ha vuelto (y el drama también)

Bridget Jones: Loca por Él 

Bridget Jones ha regresado. Y como era de esperarse, su vida sigue siendo un completo caos. Pero esta vez, en lugar de contar calorías y cigarrillos, está lidiando con niños, apps de citas y la omnipresente sombra del difunto y perfecto Mark Darcy. Su vida ha cambiado drásticamente, y con ello, también sus preocupaciones y prioridades. Sin embargo, su esencia sigue intacta: sigue siendo esa mujer que tropieza y se levanta, que ama intensamente y que lucha por encontrar su felicidad a su manera.

La cuarta (y supuestamente última) entrega de la saga nos muestra a una Bridget madura, viuda y con dos hijos, pero igual de torpe y encantadora que siempre. Sin embargo, el mundo ha cambiado. Ahora hay madres influencer que juzgan con una sola mirada, citas organizadas por inteligencia artificial y profesores de ciencias demasiado guapos y serios (hola, Chiwetel Ejiofor). Pero aquí está ella, tratando de navegar entre la maternidad, las expectativas sociales y un corazón que no sabe si está listo para amar otra vez. La vida no se ha detenido para Bridget, y aunque sigue sintiéndose fuera de lugar en muchas situaciones, también se da cuenta de que la vida sigue avanzando con o sin su permiso. Pero, ¿realmente es posible encontrar el amor otra vez cuando la vida ya te ha golpeado tan fuerte?

Renée Zellweger vuelve a demostrar que Bridget le pertenece, con su inigualable capacidad para hacernos reír y llorar en la misma escena. Su actuación captura a la perfección la dualidad entre la nostalgia de lo que se ha perdido y la ilusión de lo que está por venir. Hugh Grant también regresa como el incorregible Daniel Cleaver, demostrando que algunos ex nunca desaparecen del todo, aunque ahora juegue el rol de confidente y amigo con su encanto habitual. Cleaver sigue siendo ese hombre encantadoramente detestable, pero en esta ocasión muestra un lado más reflexivo y maduro. La gran sorpresa es Leo Woodall, quien interpreta a un amante joven y lleno de energía que pondrá en jaque la visión de Bridget sobre el amor y la edad. Su relación con él la lleva a replantearse si debe seguir sus sentimientos o dejarse llevar por lo que se espera de ella como madre.

Dirigida por Michael Morris, la película mantiene la esencia de la franquicia: humor británico afilado, situaciones absurdas y el corazón bien puesto en la historia de una mujer que, a pesar de los golpes de la vida, sigue buscando su final feliz. Y aunque el fantasma de Mark Darcy pesa sobre la trama (porque, seamos sinceros, la relación Bridget-Darcy es un clásico moderno), Loca por Él logra encontrar su propio camino sin depender del pasado. Hay momentos que hacen que la película se sienta como un homenaje a las anteriores entregas, pero también se atreve a explorar nuevos territorios con una Bridget que está en una etapa completamente diferente de su vida. La dirección de Morris logra encontrar el equilibrio perfecto entre la comedia y el drama, permitiendo que la historia fluya con naturalidad sin perder el tono característico de la saga. Con escenas icónicas que se quedarán en la memoria del público, la película es un testimonio del crecimiento de Bridget sin perder su esencia caótica y auténtica.

Uno de los puntos más fuertes de la película es su capacidad para capturar la complejidad de la adultez y la pérdida sin renunciar a la esperanza. Bridget se enfrenta a momentos de soledad y duda, pero también encuentra alegría en las pequeñas cosas, en la risa de sus hijos, en el apoyo incondicional de sus amigos y en la posibilidad de una nueva historia de amor. Y es que, aunque la película trata sobre la evolución y el crecimiento personal, también nos recuerda que el amor, en todas sus formas, sigue siendo el motor de la vida. Además, la película explora la maternidad desde un ángulo realista, mostrando los altibajos de criar a dos hijos mientras se intenta redescubrir como mujer y persona independiente. En un mundo donde todo parece estar planeado y calculado, Bridget sigue recordándonos que la vida rara vez se ajusta a lo que esperamos, y eso está bien.

Es una película que equilibra la comedia con la reflexión, mostrándonos una Bridget que ha crecido, pero que sigue tropezando con la vida de la manera más entrañable posible. Y aunque esta podría ser su despedida, nos deja con la sensación de que, en algún rincón de Londres, Bridget Jones seguirá viviendo sus desventuras, con un diario (o un blog) bajo el brazo y una copa de vino en la mano. Y quién sabe, tal vez en el futuro nos sorprenda con otro capítulo de su vida, porque si algo nos ha enseñado Bridget, es que su historia nunca está realmente terminada. No importa cuántos tropiezos tenga, siempre nos demostrará que es posible seguir adelante, con humor, valentía y un poco de torpeza.