LIBROS: Una comedia romántica con corazón y fondo

Begoña Oro, una de las plumas más destacadas de la literatura infantil y juvenil, da el salto a la narrativa para adultos con Zapatos nuevos y sopa de almendras, una comedia romántica que, bajo su aparente ligereza, esconde una reflexión sobre las relaciones familiares, la identidad y las expectativas profesionales en un mundo incierto. Publicada por Plaza & Janés, esta novela ofrece un relato que oscila entre el humor y la ternura, con una prosa fresca y ágil que envuelve al lector en la historia de dos personajes que, sin buscarlo, encuentran más de lo que esperaban.

La trama nos presenta a Pablo, un trabajador de recursos humanos encargado de cubrir un puesto vacante, y a Victoria (Vicky), una joven que expende billetes en la estación de Atocha mientras sueña con dedicarse al periodismo. Su primer encuentro, en una entrevista laboral, es un desastre: Victoria habla demasiado y suelta un dato sorprendente sobre su madre, que un día apareció en casa envuelta en una alfombra. Lo que parece una anécdota sin más trasciende cuando Pablo descubre que no es la única persona con una historia así. La casualidad los empuja a una investigación que, entre idas y venidas, los acerca a una revelación inesperada: el amor.

Oro estructura la novela en capítulos breves, lo que agiliza la lectura y dota a la narración de dinamismo. La historia, narrada con un humor fino y una sensibilidad especial para retratar lo cotidiano, se adentra en las vidas de dos personajes que no solo se enfrentan al miedo a enamorarse, sino también a la dificultad de encajar en un mundo que no siempre responde a sus expectativas.

Aunque el eje central de la novela es la relación entre Pablo y Victoria, uno de los aspectos más interesantes de la historia es el retrato de las relaciones madre-hijo. Vicky mantiene una relación compleja con su madre, marcada por la sobreprotección y la incomunicación. Oro logra plasmar con gran veracidad la ambivalencia de estos lazos: el amor incondicional, pero también el peso de las expectativas y el intento de definir una identidad propia sin renunciar a los lazos familiares.

La autora introduce fragmentos de reflexiones internas de Vicky que dotan a la novela de profundidad emocional: “Uno nunca, jamás, puede arrancarse a una madre. Uno puede fingir desapego, lanzar alaridos, irse a vivir al otro lado del océano, pero nada más. Una madre es un ombligo, y nadie ha inventado ni inventará la forma de quitarlo.” Con frases como esta, Oro eleva su historia por encima del simple romance, construyendo un relato en el que muchos lectores podrán verse reflejados.

Uno de los mayores aciertos de Zapatos nuevos y sopa de almendras es su capacidad para mezclar el humor con una mirada sincera sobre temas serios como la salud mental y la incertidumbre laboral. Vicky es un personaje que, a pesar de sus inseguridades, posee una chispa inconfundible. Su voz narrativa es irónica y cercana, y su tendencia a divagar y soltar verdades incómodas la convierte en una protagonista entrañable. Por su parte, Pablo es el contrapunto perfecto: un hombre que lucha entre lo que se espera de él y lo que realmente desea.

Las situaciones que Oro construye oscilan entre lo hilarante y lo conmovedor, sin caer en la caricatura. La autora maneja con destreza los diálogos y las descripciones, dotando a la historia de una naturalidad que hace que los personajes se sientan auténticos.

Zapatos nuevos y sopa de almendras es una novela ligera en apariencia, pero con una carga emocional que la convierte en mucho más que una simple comedia romántica. Con su estilo inconfundible, Begoña Oro consigue una historia que combina ternura, humor y profundidad, sin perder de vista la importancia de las conexiones humanas. Es un libro que se lee con una sonrisa, que invita a la reflexión y que deja un regusto dulce, como una sopa de almendras en un día frío.

Una lectura ideal para quienes buscan una historia entretenida con personajes entrañables y diálogos ingeniosos, sin renunciar a una exploración genuina de las emociones y los vínculos familiares. Con esta primera incursión en la literatura para adultos, Begoña Oro demuestra que su talento narrativo no tiene límites.