RPLAY: La comedia noventera que necesitabas (y no sabías) vuelve a brillar
Cuando pensamos en las comedias más desenfrenadas y entrañables de los años 90, Tommy Boy (1995) ocupa un lugar de honor. Dirigida por Peter Segal y protagonizada por la dupla explosiva formada por Chris Farley y David Spade, esta road movie corporativa —si es que eso es una cosa— logró consolidarse como un clásico de culto dentro del género del buddy film. Ahora, con el lanzamiento de su esperada edición en formato 4K UHD, distribuida por Divisa Films, nos encontramos no solo con una oportunidad de redescubrir la película, sino también con una edición técnica que roza lo exquisito.
La premisa de Tommy Boy es tan sencilla como efectiva: Tommy Callahan (Farley), un torpe pero adorable heredero de una empresa de autopartes en Ohio, debe salvar el negocio familiar tras la repentina muerte de su padre. Lo acompaña Richard (Spade), el asistente sarcástico y neurótico de la empresa. Juntos recorren el país en una misión de ventas con resultados… digamos, caóticos.
Lo que eleva a Tommy Boy por encima de otras comedias similares de la época es su autenticidad. No hay cinismo aquí. Todo está impulsado por el corazón enorme de su protagonista, en una interpretación que combina el físico desbordante de Farley con una sensibilidad muy poco común en la comedia slapstick. Rob Lowe, Bo Derek y Brian Dennehy completan un reparto que juega con los estereotipos sin caer jamás en la autoparodia fácil.
La dirección de Segal es funcional, sin alardes, pero efectiva; lo que permite que el foco esté donde tiene que estar: en la química explosiva entre Farley y Spade. Su dinámica —una especie de Laurel y Hardy de los 90 en versión post-Reagan— sigue siendo tan hilarante como entrañable.
Pero hablemos de lo que realmente nos convoca hoy: el lanzamiento de Tommy Boy en 4K UHD, una edición que llega de la mano de Divisa Films en un único disco que, sin exagerar, es una carta de amor al formato físico.
La restauración, presentada en su aspecto original de 1.85:1, es sencillamente espectacular. Esta edición no solo respeta el grano cinematográfico original (sí, aún se siente ese saborcillo a celuloide que tanto agradecemos los puristas), sino que eleva el color, el contraste y la definición a niveles impensables en anteriores lanzamientos domésticos.
La compresión es mínima, con una transferencia limpia que evita el temido banding en cielos y sombras. En términos de imagen, pocas comedias de los 90 han recibido este mimo técnico. Las escenas de carretera, los interiores industriales de Callahan Auto y hasta los absurdos tropiezos de Tommy ganan vida con una nitidez que le da nueva dimensión a la película.
El sonido tampoco se queda atrás. El canal original en inglés viene codificado en Dolby TrueHD 5.1, una mezcla envolvente que, sin ser invasiva, mejora notablemente la experiencia, especialmente en las secuencias musicales o los golpes cómicos más estridentes. El doblaje en castellano se presenta en 2.0 Dolby Digital Surround, correcto y fiel al espíritu original.
Además, los idiomas y subtítulos incluidos son para aplaudir: castellano, inglés, francés, alemán, neerlandés, nórdicos… es una edición con vocación paneuropea, pensada para el coleccionista global.
Sí, es un solo disco. Pero lo que contiene lo compensa con creces. Aunque no incluye extras (una pena para los que soñábamos con imágenes detrás de cámaras o entrevistas con Spade), lo cierto es que esta edición brilla por su excelencia técnica y por ser, quizá por primera vez, la forma definitiva de ver Tommy Boy en casa.
Divisa Films ha apostado por una presentación cuidada, compatible con todas las regiones (A, B, C), lo que la convierte también en una pieza codiciada para coleccionistas fuera de nuestras fronteras.
Tommy Boy nunca fue una película de premios ni pretendió serlo. Pero en su torpeza encantadora, en su humor físico y sincero, y en la energía inigualable de Chris Farley, encontró su lugar en el corazón de una generación.
Ahora, casi 30 años después, este lanzamiento en 4K UHD es una celebración doble: de la comedia de los 90 en su estado más puro y del poder de los formatos físicos cuando se hacen bien. Es, en definitiva, una invitación a volver a reír como antes, pero esta vez con la mejor calidad de imagen y sonido posible.