LIBROS: ‘Recuérdame bailando’, la danza imposible entre la luz y la sombra
Recuérdame bailando, la más reciente obra de Mara Torres, no es una novela, aunque muchas veces la deseemos ficción. Es el retrato honesto, descarnado y profundamente humano de una herida que no cierra: la pérdida de una hermana, Alicia, arrastrada por la corriente subterránea de un dolor que nunca supo compartir en voz alta.
Torres, conocida por su trayectoria en la radio y la televisión, y por su habilidad narrativa en la ficción, entrega aquí un texto que trasciende géneros. A medio camino entre el testimonio, el homenaje y el intento desesperado de comprender lo incomprensible, la autora nos abre la puerta a su duelo más íntimo. No se trata de una historia construida con recursos literarios, sino de una verdad que irrumpe sin pedir permiso. Escribir, en este caso, se convierte en una forma de sostenerse en pie.
El libro se apoya en una estructura dual: la voz de Mara que narra con una mezcla de amor, culpa y desconcierto; y la voz de Alicia —Aly—, rescatada a través de fragmentos de su diario personal. Este diálogo entre ambas permite al lector caminar sobre el fino alambre que separa la vida de la muerte, la presencia de la ausencia, el recuerdo de lo que ya no será. Aly, que amaba bailar, reír y amar con intensidad, aparece como un personaje real, complejo y profundamente entrañable, cuya alegría pública contrastaba brutalmente con su tormento privado.
Lo estremecedor de Recuérdame bailando no es solo la tragedia que lo origina, sino la ternura con la que está contado. No hay morbo ni victimismo: hay un esfuerzo por mirar el dolor de frente, por no disfrazar el sufrimiento con metáforas huecas. La autora no se esconde detrás de explicaciones fáciles ni busca redención inmediata. Su honestidad es el núcleo que sostiene cada página. Leer este libro es acompañarla en un proceso de duelo que no pretende cerrarse, sino entenderse.
Uno de los grandes aciertos del texto es su capacidad para visibilizar lo invisible. La salud mental, tan relegada al susurro y la vergüenza, encuentra aquí un espacio para ser nombrada sin eufemismos. Aly no es una estadística más: es una mujer con sueños, con contradicciones, con anhelos de amor. Y es también un espejo incómodo, porque nos enfrenta a una pregunta que no tiene respuesta: ¿cómo alguien tan lleno de vida puede optar por el silencio definitivo?
Lejos de dar lecciones, Torres escribe desde la incertidumbre. No hay una moraleja al final, ni tampoco una solución. Pero sí hay un acto de amor incondicional: el de una hermana que decide bailar con los recuerdos, aunque le tiemblen las piernas, aunque ya no suene la música.
Recuérdame bailando es un libro que duele, pero también ilumina. Es necesario leerlo con respeto y con pausa, sabiendo que hay páginas que no solo se leen, sino que se sienten. No es un libro para todos los públicos, pero sí para quienes saben que a veces el amor es tan inmenso que no cabe en esta vida y necesita perpetuarse en palabras.