RESTAURANTE: VIPS se reinventa: sabor, modernidad y cuchillo y tenedor en su nueva propuesta ‘atípica’
En un momento en el que los restaurantes parecen debatirse entre la sofisticación forzada y la comida rápida sin alma, VIPS apuesta por un término medio que sorprende: la “modernidad controlada”. Bajo este concepto, la cadena de restauración española presenta una carta renovada donde lo contemporáneo no desplaza lo reconfortante, sino que lo reinventa. El resultado: una experiencia culinaria que abraza el cuchillo y tenedor, el plato caliente y el brindis sin prisas.
En nuestra visita, pudimos probar dos de los nuevos Platos Atípicos —sí, así los han bautizado, y no es casualidad— que resumen a la perfección esta nueva filosofía.
La carrillera teriyaki es, quizás, el ejemplo más claro de este equilibrio. Cocinada a fuego lento hasta alcanzar una textura melosa, la carrillera de vacuno se baña en una sedosa salsa teriyaki que respeta el dulzor clásico del plato japonés, pero lo adapta al paladar local. Lo acompaña una sabrosa batata asada y chips de verduras que no solo añaden color, sino también textura. Un plato pensado para masticar despacio y saborear.
Más tradicional en su planteamiento pero igual de cuidada, la propuesta de pollo asado con salsa española se convierte en una experiencia gracias al nuevo pan de masa madre que lo acompaña. La salsa invita —exige— mojar pan, y este responde con una corteza crujiente y un corazón esponjoso que habla de horno y paciencia. Completan el plato un puré de patata suave y unas zanahorias asadas que aportan dulzor natural.
Pero ningún menú está completo sin un buen brindis, y en VIPS lo saben. De los nuevos cócteles, probamos dos opciones sin alcohol que merecen mención especial. La limonada de té matcha, con fresas y hierbabuena, resulta tan fotogénica como refrescante, ideal para quienes buscan un punto herbal y ligeramente ácido. Por su parte, el Hibiscus Tropical es pura frescura: zumos cítricos, sirope de hibiscus, crema de coco y un remate de hierbabuena que lo convierten en un pequeño cóctel vacacional servido en vaso.
Nos quedan pendientes —por ahora— otras propuestas igual de atractivas: el salmón sobre hummus de guisantes con menta, que promete equilibrio entre la untuosidad del pescado y la frescura vegetal; o las zanahorias asadas con cous-cous, pasas y queso feta, una propuesta vegetariana sorprendente que no se queda en lo anecdótico. Y aún quedan más sorpresas por descubrir. En nuestra próxima visita, ya tenemos apuntados los tacos de costillas BBQ, una propuesta divertida y sabrosa para montar al gusto, con costilla desmenuzada, pico de gallo, crema agria y encurtidos, acompañados de mazorcas de maíz asado.
A todo esto se suman nuevos cócteles con alcohol, como el VIPStinto de verano con espuma de vino; la Paloma, a base de tequila, zumos cítricos y soda; y una Piña Colada que combina ron añejo, zumos tropicales y crema de coco en una versión cremosa y refrescante; el Kalimotxo de mora, que ya están llamando nuestra atención para futuras visitas. Un cierre perfecto para una cena con sabor a novedad y a regreso a lo esencial.
La nueva carta de VIPS no solo actualiza sabores, sino también el ritual de comer fuera. Aquí no hay platos pensados para el móvil ni propuestas minimalistas de laboratorio: hay comida real, cocinada, reconfortante, con un giro actual pero sin perder de vista lo esencial.
En tiempos de prisas, encontrar un lugar donde sentarse a cenar con calma —y con cuchillo y tenedor— es casi revolucionario. VIPS ha decidido ser ese lugar.