RESTAURANTE: ‘Hype’, cuando la hamburguesa se convierte en un viaje (sin retorno)

Hay lugares donde uno va a comer. Y hay otros donde uno va a vivir algo. En Hype pasa lo segundo. Lo que empezó como otra propuesta de hamburguesería urbana ha mutado en una experiencia que bordea lo sensorial, lo lúdico y lo abiertamente goloso. Aquí no se viene a contar calorías: se viene a entregarse.

Desde que cruzas la puerta —ya sea en cualquiera de sus locales, aunque algunos con más magia que otros— te recibe una estética entre el after party neoyorquino y un local de cómic underground. Neones, rosa por todas partes, guiños retro y un aire de fantasía urbana. Todo respira personalidad. Y luego, claro, está la carta. Una declaración de principios con nombres que suenan a broma pero saben a gloria.

Entrantes que no se andan con rodeos

Las Kimchi Crispy Wings son la entrada triunfal al universo Hype: alitas crujientes, sabrosas, envueltas en una salsa con ese punch fermentado del kimchi suavizado por el dulzor crocante del polvo de kikos. Ocho piezas que desaparecen misteriosamente entre charla y sorpresa.

Si quieres algo más cremoso pero igual de contundente, las Mac&Cheese Bombs lo tienen todo: textura, nostalgia y grasa en su mejor versión. Croquetas repletas de un mac&cheese fundente, con rebozado crujiente y corazón tierno. Lo que un día fue comfort food, hoy es pecado gourmet.

Hamburguesas que no piden permiso

La Space Truffle Jam no es una burger, es un manifiesto. Pan estilo cronut —una masa laminada entre croissant y donut, dulce y aireada— que envuelve un doble smash de vaca madurada, con queso cheddar y americano, y una salsa trufada que no se anda con sutilezas. Cada bocado es un contraste de texturas y sabores: lo suave con lo crujiente, lo umami con lo dulce. Una combinación atrevida que funciona.

Y para quien se atreva a romper convenciones: la Peanut Butter Jelly Time. Doble smash también, bacon crujiente, mantequilla de cacahuete y una salsa jelly que rescata lo mejor del sándwich americano pero lo lleva directo al terreno del vicio carnívoro. Suena raro, funciona de maravilla. Un juego dulce-salado que sorprende por su equilibrio.

Un final que no es inocente

Porque si después de todo esto te queda hueco —o simplemente amor propio—, el Crunchy Nutella Cronut está esperando. Capas de masa tipo croissant con forma de donut, cubiertas de Nutella y rematadas con avellanas crocantes. La textura juega entre lo crujiente y lo tierno, con el dulzor exacto para cerrar en alto. No es un postre: es una excusa para volver.

Hype, con nombre y con alma

Lo de Hype no es solo marketing: es una identidad que se traduce en cada plato, en cada ingrediente pensado para provocar una reacción. Pero si hay un local que lo lleva más allá, ese es Hype Moncloa. No solo por lo que sale de cocina, que cumple con creces, sino por el ambiente: relajado, dinámico, bañado con rosa, con guiños estéticos que te hacen sentir dentro de una escena pop.

Y aquí es donde brilla Lis, que convierte lo que podría ser una atención funcional en un servicio atento, rápido y genuinamente cercano. Sabe recomendar, sonríe de verdad y consigue que uno sienta que está donde tenía que estar.

Hype no solo cocina hamburguesas, cocina momentos. Y Moncloa lo demuestra.