LIBROS: ‘Misterio en el Barrio Gótico’ Barcelona como mapa del alma
El Premio de Novela Fernando Lara 2025 ha recaído en una obra que convierte a la ciudad de Barcelona en mucho más que un escenario: la transforma en un personaje vivo, lleno de secretos, cicatrices y recuerdos. Misterio en el Barrio Gótico, de Sergio Vila-Sanjuán, es un ejercicio de narrativa que entrelaza intriga, memoria histórica y crítica social, con la precisión de quien conoce la ciudad no solo por sus calles, sino por sus sombras.
El protagonista, Víctor Balmoral, es un periodista veterano, cercano a la jubilación, que recibe unas cartas anónimas capaces de romper la rutina de su vida acomodada. La primera pista lo conduce al hallazgo de un cadáver emparedado en un antiguo palacio del Gótico. Desde ese instante, las calles medievales, los claustros y las instituciones culturales se convierten en un tablero de investigación donde lo personal y lo histórico se entremezclan. No es casualidad que el propio fantasma de su mejor amigo lo acompañe: en esta novela, los fantasmas no son solo literales, sino también emocionales.
La prosa de Vila-Sanjuán, pulida y con cadencia periodística, equilibra la precisión documental con la atmósfera de misterio. El autor no se limita a describir el Barrio Gótico; lo interpreta. Cada esquina y cada fachada son una huella de un pasado que se resiste a ser silenciado. Hay en el libro un hilo de crítica lúcida hacia la turistificación y la mercantilización de la historia, pero sin que el tono se vuelva panfletario: el conflicto está siempre encarnado en personajes y situaciones concretas.
Narrativamente, Misterio en el Barrio Gótico se mueve en varios niveles. Es, por un lado, un thriller de ritmo contenido, donde la intriga avanza a través de conversaciones, recuerdos y pequeñas revelaciones. Por otro, es una crónica urbana que captura la tensión entre tradición y modernidad, entre el patrimonio y el negocio. Y, por encima de todo, es un homenaje a una Barcelona que, aunque cambiante, conserva un núcleo de identidad profundamente arraigado.
Balmoral, con su ironía amable y su bagaje de periodista cultural, es un protagonista cercano y creíble. Su mirada combina escepticismo y afecto, lo que permite que el lector se sienta parte de su investigación y, a la vez, testigo de sus dudas y nostalgias. Los secundarios —desde académicos que defienden con uñas y dientes su institución, hasta nobles en decadencia y promotores inmobiliarios— completan un retrato coral que suena auténtico.
La novela, breve pero densa en matices, confirma que Vila-Sanjuán sabe cómo convertir un contexto real en una trama literaria sólida. El misterio es el hilo conductor, pero la verdadera recompensa para el lector está en los detalles: el eco de las baldosas bajo la lluvia, el peso simbólico de un retrato antiguo, la incomodidad de un salón académico dividido por la necesidad económica.
En definitiva, Misterio en el Barrio Gótico es una lectura que seducirá tanto a quienes buscan una historia bien contada como a quienes aman Barcelona y quieren reencontrarse con su espíritu menos visible. Una obra que recuerda que, igual que las ciudades, las personas solo cierran sus heridas cuando se atreven a revisitar el pasado.