CRÍTICA: PIAF! The Show, un homenaje al «pequeño gorrión»

Un homenaje al «pequeño gorrión», en el centenario de su nacimiento.

Saladina Jota


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El pasado 15 de Julio pasó por el escenario del CIRCO PRICE “PIAF, The Show”, espectáculo creado para celebrar el centenario del nacimiento de EDITH PIAF, una de  las figuras clave de la historia de la chanson francesa. El Show, Interpretado por la polifacética Anne Carrère e inspirado el la película “La Môme”, recorre la trayectoria vital y musical de EDITH PIAF a través de sus grandes éxitos.

 

Anne Carrère es una actriz y cantante francesa nacida en Toulon (sur de Francia). Desde muy joven estudió danza –jazz y breaking dance, danza clásica-; también flauta y piano; tomó clases de voz con Daniel Bastian; y formación teatral con Didier Biosca. Más tarde se licenció en Literatura y formó su primera banda musical. Enamorada de las canciones clásicas francesas participó en «París! The Show» (2014). Allí se fijó en ella Gil Marsalla -productor y director del espectáculo “PIAF, The Show”– que no dudo un instante en ofrecerle el papel. La vitalidad, calidad vocal y personalidad de Anne le convencieron y apostó por ella para enfrenarse a un personaje de las dimensiones de EDITH PIAF. Anne Carrêre, consciente de la dificultad de la empresa que le tocó acometer. explica que «fue un poco difícil al principio, ahora no tanto,  trato  de interpretar de la forma en que yo lo siento, aportando mis emociones, mi alma y mis experiencias sin imitar a EDITH PIAF«.

 

“PIAF, The Show”, es un viaje vitalista y personal por el París de los años 50 del pasado siglo. Un viaje por las calles, bares y teatros que fueron los escenarios de la vida de PIAF y que son la escenografía de este Show. Un banco callejero en el que, solitario, toca un acordeonista bajo el frío de la noche parisina es el contrapunto del terciopelo rojo de la mesa camilla de un café cantante, perdido entre callejuelas, donde las almas perdidas encontraban el calor a golpe de copas y canciones. Fotografías, imágenes y narraciones de la propia artista son el telón de fondo de este homenaje en el que Anne Carrère, acompañada por un pianista, un acordeonista, un batería y un contrabajista, hace gala de su formación y sus dotes vocales.

 

 

EDITH PIAF –Cantante y letrista francesa- nació en la calle y derribó fronteras y muros con su voz, que no era sino su alma expuesta al aire. Tuvo una vida de película desde su más tierna infancia. Una vida que marcó, como no podía ser de otra forma, su estilo interpretativo -lírico y desgarrado a un tiempo-. Su padre, acróbata de profesión,  abandonó a su madre, una cantante ambulante de origen italo-bereber, que dió a luz al «pequeño gorrión» en plena calle, bajo una farola de una calle de París. A partir de ahí su vida fue de todo menos cómoda, segura, insustancial y tranquila. Nada en ella fue politicamente correcto, ni sano, ni moderado. Era una superviviente apasionada por la vida y el amor, que no dudó en exprimir y exprimirse hasta las últimas consecuencias. Una mujer valiente que no le temió ni al placer ni al dolor, consciente desde la cuna de una verdad incontestable: «La vida es salvaje, señores»– parafraseando a un grande -Rafael Álvarez El Brujo-. Lo contrario es mirar la selva desde el sofá y ella no estaba dispuesta a ser espectadora, nació para ser protagonista.

 

Su pequeña estatura y su aspecto desvalido le dieron el apodo por el que es universalmente conocida: PIAF: «gorrión». A ella, La Môme Piaf, le debe Francia muchas de las hermosas canciones –La vie en rose, Non, je ne regrette rien, Hymne à l’amour, Mon légionnaire, La Foule o Milord-, que ya forman parte de la historia de la música y del inconsciente colectivo. PIAF, además de cantante y letrista, fue actriz de cine y teatro e inspiró y fue mentora de  numerosos artistas de fama internacional.

 

Sería apasionante, pero este espacio es demasiado corto para sintetizar una vida como la  de EDITH PIAF, así que espero que este espectáculo sirva de acicate para que los que no conocen a esta mujer grandiosa. Para que busquen su biografía, películas y canciones y disfruten y aprendan de la vida y del amor empapándose de un alma salvaje y bella, como pocas.

 

«Non, je ne regrette rien» podría ser, o es, el testamento vital de la leyenda parisina, de su manera de ser y estar, de VIVIR. Una declaración de intenciones escrita con el alma y grabada en nuestra memoria para siempre.: «No, nada de nada, no, no me arrepiento de nada / ni el bien que me han hecho, / ni el mal / todo eso me da lo mismo / No, nada de nada, no, no me arrepiento de nada / está pagado, barrido, olvidado, me da lo mismo el pasado/.»

 

Piaftheshow@sofia1