CRÍTICA: ‘Caen estrellas fugaces’, una novela con estilo cinematográfico
Estamos en el Madrid de 1859. A lo largo de dos días de septiembre, sucesos extraordinarios harán temblar a sus ciudadanos. El cielo se tiñe de rojo y desencadena una serie de acontecimientos para los que no es fácil encontrar una explicación. Elisa Polifeme, una vidente ciega y Leónidas Luzón, un antiguo investigador de falsos milagros se convertirán en insólitos compañeros de viaje, un viaje que les llevará a través de misterios, secretos y altos intereses. En una sociedad que se debate entre fe y ciencia, parece que ninguna de ellas, por sí sola, podrá explicar lo que está sucediendo.
Con ésta premisa nos encontramos cuando nos ponemos delante de ésta maravillosa novela, escrita por José Gil Romero y Goretti Irisarri. Dos autores que han formado equipo desde hace más de 20 años, escribiendo guiones en el mundo del cine, la ficción televisiva o la animación, recibiendo numerosos premios por ello. En esta ocasión, han vuelto a unir fuerzas para crear la que se ha convertido en su primera novela. Debemos destacar el hecho de que, siendo guionistas audiovisuales durante tanto tiempo, su manera de concebir Caen estrellas fugaces está claramente influenciada por esos recursos cinematográficos. De esta manera, crean un estilo propio, que te atrapa desde el primer momento, resultando terriblemente adictivo.
Queremos destacar el gusto con el que se han creado los espacios, utilizando descripciones precisas pero sin ser excesivamente recargadas, logrando que el lector se transporte inevitablemente a los lugares por los que transitan sus protagonistas. Además, las contínuas referencias a lo que conforman en ese momento los escenarios y a lo que se han convertido en la actualidad, resulta delicioso para los amantes de la ciudad de Madrid, así como para los conocedores de sus calles. Realmente dan ganas de coger un plano y seguir los pasos de tan singular pareja.
Unos diálogos entretejidos con maestría, que delimitan a la perfección las personalidades de sus protagonistas. Una historia que contiene misterios e intriga en cada hoja. Una novela de las que tienen que convertirse en imprescindibles, por su calidad artística, por su documentación fidedigna a la hora de aportar hechos históricos de la ciudad de Madrid y sobre todo por ser capaz de atrapar a sus lectores de la manera que lo hace. La única mala noticia es que no se trata de una novela aislada, sino de una trilogía… Así que nos toca esperar impacientes hasta que se publique la segunda parte y podamos seguir disfrutando de las intrigas de Elisa y Leónidas. A nosotros, sin duda, ya nos ha cautivado.
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