CRÍTICA: ‘Maldita Locura’, un canto a la vida con muchas personalidades

 

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Ya nos habían deleitado con otro título y en otros teatros, pero ahora, Maldita Locura vuelve con más fuerza que nunca. Canciones nuevas, título renovado pero el mismo humor y el mismo arte en este musical de creación propia que viene de la mano de Candileja Producciones. Escrito y dirigido por Jesús Sanz-Sebastián, Maldita Locura nos cuenta la historia de Xavi, un interno en un psiquiátrico que tiene un pequeño problema en su cabeza. Y es que en ella conviven cuatro personalidades diferentes. Nadia, la psiquiatra, intentará conseguir lo que muchos de sus colegas han intentado sin éxito basándose en una técnica revolucionaria que ha inventado ella. Y más vale que salga bien, porque su puesto de trabajo está en la cuerda floja.

Música en directo, gracias al trabajo de Jorge Gallego, un discreto doctor pianista que nos acompaña todo el tiempo en una esquina del escenario. Fantástica música compuesta por Roberto Bazán y Julio Vaquero, sin duda un envoltorio genial que da esos toques de humor y nos sumerge de lleno en la historia.

Una escenografía sencilla pero muy eficaz, diseño de Alex Arce y Fernando Fernández, y por supuesto un trabajo interpretativo fabuloso por parte de sus dos protagonistas.

 

Eduardo Tato es Xavi. Y Adela, y Pablete, y Claudio. Xavi quiere que le dejen solo, pero en el fondo tiene tanto miedo a vivir que no lo desea con la suficiente fuerza. Ellos están allí para ayudarle, al fin y al cabo. Una señora irreverente, liberal y lesbiana, un niño de 8 años celoso de la amistad de Xavi y un impecablemente estricto sacerdote pueblan la cabeza de un chico que, por lo demás, es de lo más normal. Fabuloso trabajo interpretativo en el que en ocasiones, cada frase que sigue a la anterior está pronunciada con una personalidad y hasta un acento diferente. Queremos valorar la dificultad que ésto supone, y que no cualquiera es capaz de hacerlo con tanta verdad y control como Eduardo. Una voz cantada muy particular que también nos demuestra un amplio rango mientras se hacen cargo las diferentes personalidades de ejecutarlas. ¡Felicidades!

 

Y Allende Blanco es Nadia. Tiene claro que su método tiene que funcionar. A pesar de que hasta ahora no haya funcionado con ningún otro paciente. Pero ante todo, lo que tiene claro es que empastillar al personal, siguiendo los métodos estandarizados, es algo por lo que no quiere pasar. Lo malo que Xavi es el paciente con el que sus jefes le dan un ultimátum. Y no parece que vaya a ser un caso sencillo de resolver. Un personaje genial con sorpresa al final, como ocurre siempre con los mejores. Maravilloso trabajo escénico que nos da un personaje con mucha fuerza y verdad, y preciosa y potente voz cantada que redondea definitivamente lo que expresa mediante el texto. Sin duda alguna, un increíble trabajo al que ya nos tiene acostumbrados y del que seguro que podremos descubrir muchísimo más.

 

En definitiva, un proyecto de estos que la cartelera madrileña y española necesita: una obra original de calidad, con profesionales fantásticos que convierten la obra en una gran experiencia que nadie debe perderse.

 

 

 

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