CRÍTICA: ‘Ahora todo es noche’, los invisibles náufragos de la ciudad

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La 40 Edición del Festival de Teatro de Badajoz continuó, el pasado 1 de noviembre con su exquisita programación, esta vez para deleitarnos con la compañía La Zaranda (Andalucía) que presenta junto con el Teatro Romea (Cataluña) la obra “Ahora todo es noche”.

 

La búsqueda de la supervivencia, las necesidades y la aceptación en una sociedad desprovista de humanidad, son los elementos con los que se vertebra esta obra. Es por esto que es sencillo verse reflejado de algún modo en ella, y aprender el gran significado del teatro en la vida y así, evitar que perezca este arte.

“Ahora todo es noche” es una pieza teatral llena de significado. El espectador podrá verla varias veces y continuar comprendiendo diferentes conceptos que se presentan sobre las tablas. Y es que la obra de Eusebio Calonge, su autor, trata sobre “tres mendigos que buscan un lugar donde dormir. Y advierten dentro de su miseria que es malo no saber adónde ir, pero que peor es no saber dónde se está. La Zaranda es un sueño, un sueño dentro del teatro, un sueño que resiste a pesar de esta época llena de basura y de vulgaridad.”

Bajo la dirección y montaje de Paco de la Zaranda (Francisco Sánchez) estos tres personajes se encuentran sobre las tablas creando escenarios que resulta fácilmente palpables al espectador. Para ello, emplean elementos simples; cubos de basura, bandejas, carros de la compra, cartón… Elementos que rápidamente nos trasladan a la acción y a las imágenes que pretenden transmitir; las alcantarillas, el aeropuerto o incluso a la guerra. Todo esto acompañado de un gusto musical delicioso. Durante una noche, estos tres mendigos se encontrarán, buscando un lugar y con la esperanza de que llegue el alba, un día y un comienzo nuevo. Pero ¿quién puede ganarle la batalla al tiempo?

Sobre las tablas, estos personajes luchadores buscan una oportunidad. Están encarnados por los actores: Gaspar Campuzano, Enrique Bustos y Francisco Sánchez. Nos hacen vivir situaciones muy cercanas, que normalmente no queremos mirar, realidades que están muy próximas a nosotros y sin embargo evitamos. Y lo cierto, es que no nos dista tanto de estos personajes, quizás un sueldo, un golpe de suerte o de fracaso.

 “Ahora todo es noche” nos invita a embaucarnos en un nuevo mundo, muy cercano pero ajeno, y a mantener vivo el teatro y los testimonios de sus personajes como solo La Zaranda sabe hacer.