Horno San Onofre premia a los que más saben de Madrid por San Isidro

 

Se acerca la fecha grande de Madrid: el 15 de mayo, San Isidro, fiesta patronal de la capital en la que degustamos las famosas rosquillas conmemorativas (tontas, listas, de Santa Clara y francesas) en pastelerías como Horno San Onofre, que, este año, durante esta jornada nos permitirá medir nuestros conocimientos de la ciudad con la mismísima Tía Javiera, la vendedora de rosquillas más famosa de la historia (que aquí interpretará la actriz Patricia Estremera, de la compañía teatral Los Absurdos), en un concurso que tendrá lugar en dos de los locales de las reposterías (el de la calle San Onofre, 3, y el de Mayor, 73). Nos podrá hacer ganar entradas de teatro, de cine, libros o botellas de vino rosado.

 

La primavera se ha hecho esperar, pero ya asoma el sol del 15 de mayo, y con él, la fiesta de la ciudad más abierta de todas, Madrid. Una celebración que inmor-talizaron Galdós o Goya, que hoy es capaz de reunir a los hípsters con los fans del chotis y el mantón, y que recuerda a San Isidro, patrón de la capital, nacido en 1082 y quien, según la leyenda, tenía una habilidad que nos vendría muy bien actualmente: era capaz de encontrar agua en época de sequía. En torno a uno de los manantiales que halló este milagrero se erige su ermita, y el agua de su caño, se cuenta, curó en su día de ciertos males al rey Carlos V y a su hijo Felipe II.

 

La fiesta de San Isidro se celebra en su pradera homónima, con conciertos, verbena y rosquillas. Éstas ya se realizaban mucho antes de que naciera el santo, en la época de los romanos, cuando en la ciudad se podían encontrar hornos de pan a cada paso. Han sobrevivido cuatro variedades: las hay tontas y listas, en función de que su sabor más o menos ligero; las primeras, cuyo origen se remonta a la Edad Media, no llevan ningún glaseado, y las listas están cubiertas de un baño de azúcar y limón, y se reconocen por su color amarillo. La receta de estas segundas le dio la fama a su inventora, la Tía Javiera, a quien elogiaba el mismísimo Jacinto Benavente, y a la que le salió tal cantidad imitadores que se acuñó la coplilla “pronto no habrá, ¡Cachipé! / en Madrid duque ni hortera/ que con la tía Javiera / emparentado no esté”.

 

También conviven en el cuarteto las rosquillas de Santa Clara, que se empezaron a elaborar en el Monasterio de la Visitación y se sirven cubiertas de merengue seco blanco. Y las Francesas, que nacieron de los caprichos de Bárbara de Braganza, cuyo paladar afrancesado no se rebajaba a las rosquillas tontas, y para quien el co- cinero real ideó una nueva receta con almendra picada y azúcar. La reina, de origen portugués, pudo inspirar también los nombres de las listas y las tontas, vincu- lados al refrán “la suerte de la fea la guapa la desea”, referido a su matrimonio con el guaperas Fernando VI.

 

Este año, Horno San Onofre, en colaboración con Cines Verdi, Teatro Lara, Teatro Alfil, la editorial Modernito Books y el vino rosado Juve i Camps, busca a los más listos en cuestión de conocimiento sobre Madrid. Así, el día 15 de mayo, la mismísima Tía Javiera se personará en estas reposterías: entre las 12h y las 13h, en su local de Mayor, 3, y entre las 17h y las 18h en su local de San Onofre, 3. Y lo hará para medirse con aquellos que compren rosquillas y quieran participar en la ruleta

¿Eres el que más sabe de Madrid? Así, comprando un mínimo de media docena de rosquillas de San Isidro y en el horario mencionado se podrá participar en este juego por el que la Tía Javiera hará preguntas en torno a curiosidades de Madrid, y cuyos acertantes podrán ganar distintos premios.