ACTUALIDAD: Artistas frente a la crisis del COVID
La Fundación Daniel y Nina Carasso lanza Caja de Resistencias: un programa de apoyo económico y logístico para artistas
- La iniciativa surge de la mano de la Asociación Cultural hablarenarte, encargada del desarrollo del proyecto
- Los veinte artistas beneficiarios, que realizan su trabajo dentro y fuera de los circuitos habituales del mundo del arte, han sido seleccionados gracias a un sistema de nominación entre pares
- En total son 50.000 euros los destinados para dar soporte a creadores y creadoras de distintas disciplinas, que han visto su trabajo perjudicado por la epidemia levantada por la COVID-19
En el contexto de la crisis desatada por la COVID-19 y en el marco de su Plan de Recuperación, la Fundación Daniel y Nina Carasso, en colaboración con la asociación cultural hablarenarte, pone en marcha el programa Caja de Resistencias. La iniciativa está destinada a dar soporte a creadores y creadoras de diversas disciplinas tales como la danza, la música o las artes visuales y escénicas, entre otras.
El programa nace con una doble finalidad; la de dar apoyo económico a veinte artistas que han sufrido las consecuencias de la crisis actual y la de trabajar en una red de ayuda mutua que funcione como un espacio de reflexión y creación de sinergias ante la precarización vivida en el sector. El proceso de selección se ha llevado a cabo con un proceso de nominación entre pares en el que un conjunto de artistas, de forma previa a la selección de un jurado, preseleccionan a los posibles beneficiarios, por lo que los criterios no se vean reducidos únicamente a un factor económico.
«En estos tiempos tan complejos para el sector cultural, tenemos el deber como instituciones de buscar e innovar en las maneras de sostener las trayectorias artísticas”. señala Isabelle Le Galo, directora en España de la Fundación Daniel y Nina Carasso “Ojalá este programa pensado desde los aprendizajes de la pandemia pueda crecer y aglutinar a varias instituciones interesadas en crear pequeños espacios de cuidado y protección que contribuyan a preservar nuestro ecosistema», concluye.
“Lo que más pesa es la incertidumbre total”, comenta Raúl Cantizano, guitarrista beneficiario del proyecto, “si bien estamos acostumbrados a cierta irregularidad de actuaciones y cierta incertidumbre de ingresos y si será o no un buen año de trabajo, la situación ahora es de absoluta incógnita. Sobre todo sin saber realmente cuanto se dilatará la situación”.
La situación de precariedad vivida de forma sistémica en el sector artístico en nuestro país se ha visto acentuada en el último año debido a la crisis sanitaria, económica y social desatada por la Covid-19. En este contexto parte de la comunidad artística queda en una situación de indefensión que puede no sólo no revertirse sino incluso acelerarse en los próximos años.
“Han sido muchos los creadores y creadoras que, al realizar su trabajo dentro de los circuitos habituales del arte y en sus márgenes, han visto agravada su precariedad en el último año”, afirma Carlos Almela, responsable de Arte Ciudadano en España de la Fundación Daniel y Nina Carasso. “Se trata de una ayuda modesta, que funciona a través de la innovación social, donde arrimamos el hombro varios agentes: la Fundación, que ha creado este tipo de ayudas como reacción a la pandemia, y hablarenarte, con quien hemos diseñado el planteamiento general y quien desarrolla el proyecto. La participación de artistas nominadores, instituciones y los propios beneficiarios ha enriquecido mucho esta iniciativa”, explica.
El apoyo económico se traduce en veinte ayudas de 2.500 euros cada una, concebidas para apoyar a cada artista beneficiario en su trabajo creativo cotidiano. La prestación de esta cantidad se realiza de forma desinteresada, sin que implique a cambio ni la producción de obra ni otros compromisos. “Caja de Resistencias, además de suponer una ayuda monetaria, tiene un claro componente simbólico.” señala Flavia Introzzi, responsable de proyectos culturales de hablarenarte “pretende reconocer e incentivar a los y las artistas, en un momento sumamente crítico que puede eclipsar su devenir. Es una bocanada de aliento en un contexto de máxima fragilidad.”
Estos veinte artistas beneficiarios serán los y las integrantes de una red de apoyo mutuo de la que también participarán los distintos agentes implicados en el proyecto: organizadores, artistas nominadores e instituciones. Con esta red, se busca complementar las ayudas económicas a través de una serie de recursos tanto materiales (espacio de trabajo, materiales…) como inmateriales, a través del concurso de tantas instituciones como quieran implicarse. El objetivo es crear un espacio de reflexión sobre formas alternativas de producción, circulación y disfrute para una creación contemporánea que sea socialmente relevante.
“No se trata sólo de la cuantía económica (que es en muchos casos vital) sino que trasciende ese aspecto para significar un verdadero chute de ánimo, de confianza y de ilusión”, señala Guillermo Weickert, artista nominador de la iniciativa. “Estos aspectos son tan importantes o más que la ayuda financiera porque en nuestro sector hay tanta dureza y nos sentimos tan maltratados, que experimentar y recibir la complicidad, la ayuda desinteresada de una institución tiene un efecto revitalizador y un impacto increíble en la autoestima profesional y en la confianza que a veces, como creadores, necesitamos para seguir adelante con nuestro proyecto artístico” concluye.
Veinte artistas seleccionados por un equipo de profesionales independientes
Han contribuido al proceso de pre-selección los/as creadores/as: María Ruido (imagen/audiovisual), Cristina Pato (músicas tradicionales), Niño de Elche (música experimental), Los Torreznos (performance/arte de acción), Teresa Margolles (artes visuales) y Guillermo Weickert (danza).
Finalmente, en una segunda fase se distribuyeron los currículos y dossieres de los treinta artistas nominados entre los miembros de un comité de instituciones afines que compartió perspectivas sobre la situación y propuestas, como la puesta a disposición de los artistas beneficiarios de los recursos materiales o inmateriales. Este comité fue el encargado de realizar la selección final teniendo en cuenta criterios como la igualdad de oportunidades, la distribución de las ayudas por todo el territorio español, la dificultad para acceder a los circuitos de financiación habituales o su capacidad para adaptarse y experimentar a partir del incierto contexto actual.
Han participado en este comité de instituciones afines: Mª José Magaña (responsable de Artes Visuales, Instituto Cervantes), Ángeles Albert (Directora de la Academia de España en Roma), Elena Carmona (coordinación artística, Centro de Danza y Artes Vivas Graner), Tania Pardo (Subdirectora del CA2M), Alfredo Puente (comisario, Fundación Cerezales Antonino y Cinia) y Fátima Sánchez (Directora del Centro Botín), además de representantes de la Fundación Daniel y Nina Carasso y hablarenarte.
“Hacen falta medidas de soporte más sostenibles, que generen una red más estable de creación e investigación, pero sobre todo que podamos mostrar nuestra obra y que la rentabilidad de esta sea beneficiosa para espacios y artistas”, apunta Rocío Guzmán, performer, cantante y una de las artistas beneficiarias de la iniciativa. “Esto es lo más importante para que una carrera se pueda desarrollar y, a la vez, sea rentable para los espacios privados y entidades públicas. El rodaje es fundamental en la madurez de los trabajos, sin esto estamos tirando a la basura todo lo que creamos.”
Caja de Resistencias se configura así como una iniciativa temporal basada en la solidaridad dentro de la comunidad artística dedicada a desarrollar su labor en diálogo con la sociedad. Este proyecto servirá para ayudar económicamente a aquellos miembros que requieran de este apoyo puntual en el contexto de la crisis sanitaria, económica y social levantada por el COVID-19. La iniciativa se enmarca así dentro del trabajo llevado a cabo por la Fundación en la línea de Arte Ciudadano. Se une, por tanto a una serie de medidas que vienen a aliviar la situación crítica en la que se encuentra inmerso el sector como consecuencia de la crisis global desatada en 2020.