CRÍTICA: ‘Aristócratas conversos’ La decadencia y la mentira desde los ojos de Corta el Cable Rojo

Por Judit Gayán

Un proyecto que lleva cociéndo a fuego lento siete años. Una historia historiada con pinta de histórica pero que podria haber pasado ayer mismo. Jose Andrés López de la Rica (componente de Corta el cable rojo) a los mandos. Un elenco empeñado en hacernos reír a toda costa. Estos son los ingredientes que componen una receta magistral, una comedia que promete ser la sensación de este verano en el Teatro Fígaro

 

Una familia que lucha a toda costa por disimular que su fortuna ya no es lo que era, un millonario que disfruta muchísimo siéndolo, pero más si es a costa de que otros dejen de serlo, un mayordomo que sueña con volver jubilado a su pueblo del que todo lo que recuerda son maravillas. Así empieza Aristócratas Conversos, una historia que mezcla elementos de una obra de época con elementos de absoluta actualidad, dándonos a entender que, aunque pudiera parecer un tema de otras vidas, en realidad nos habla de un problema de hoy mismo: ¿hasta dónde está uno dispuesto a llegar para aparentar que todo va bien?

 

Una divertidísima comedia que juega con el espectador, rompiendo, a traves de su mayordomo, la famosa cuarta pared que separa la escena del público. Un conjunto de situaciones de enredo que uno no sabe cómo podrán terminar bien. Un excelente uso del verso y un elenco sensacional de actores que garantizan una historia maravillosamente surrealista, actual e hilarante

 

Juan Carlos Martín es el mayordomo. Lleva años al servicio de la familia de nuestra historia, años fuera de su querido pueblo, donde tantas cosas maravillosas ocurrieron, y al que sueña volver pronto en cuanto se jubile. Es el personaje encargado de poner al día al espectador, de hablar diréctamente con él para contarle lo que realmente está pasando. Con su estilo natural y relajado de comedia, Juan Carlos nos maravilla con su manejo del verso y de los tempos para hacer reír. ¿Quién dijo que la comedia era fácil?

 

Carlos Chamarro es el patriarca de ésta particular familia. Un enamorado de la astronomía, pasa las horas muertas observando el cielo desde su telescopio. Consciente de la ruina familiar intentará ponerle remedio, pero su carácter afable no le dará grandes ideas. Con un estilo que ya nos resulta familiar, Carlos defiende una comedia fresca en un personaje que sólo puede provocarnos ternura… Y deseos de que algo salga bien, aunque pinta mal la cosa… ¡Nos encanta su trabajo!

 

Jesús Cabrero, el conde y “amigo” de la familia. Es un ricachon encantado de serlo y encantado de demostrarlo. Su actitud déspota escondida detrás de una sonrisa será el detonante constante para las decisiones de la familia, ya que en su forma de verlo, lo más importante será demostrar que todo va bien. Sobre todo a él. Elegante y cuidada, así definimos la interpretacion de Jesus. Un peso pesado de la industria que pone al servicio de esta obra todo su buen hacer y su profesionalidad, demostrando que conseguir traer a escena a un personaje de todo punto odioso puede parecer sencillo, aunque sabemos que no lo es. ¡Bravo!

 

Yolanda Vega es la matriarca. Decidida a toda costa a seguir fingiendo normalidad, no quiere ser consciente de hasta qué punto las cosas van mal. Sus ideas, todas ellas destinadas a solucionar sus problemas a costa del conde, les harán mentir de las formas más ridículas. Descendiente del Cid Campeador, o eso dice, no parará hasta que pueda seguir manteniendo la opulencia que sostiene. Nos ha encantado su forma de defender una comedia rápida y pomposa, creando un personaje que no solo se aleja de su realidad sino que fabrica una suya propia, lejos incluso de la de la propia familia. Una verdadera masterclass para el espectador.

 

Mireia Zalve es la hija. Una chica que aspira a ser una gran artista, porque su amiga lo es y vende mucho, así que eso le permitiría poder hacer lo que más le gusta: comprar. La situación de su familia no le impide seguir siendo creativa con sus cuadros. Aunque quizá no sean los más artísticos del mundo. Con su forma de hacer comedia nos ha recordado al estilo esgrimido por grandes actores de comedias como las de la gran Lina Morgan. Aporta un toque moderno a la vez que se nutre de la esencia, y creemos que es un gran acierto para este personaje. ¡Y por supuesto esperamos que sea un gran acierto para la carrera de Mireia, a la que deseamos muchos éxitos!

 

Y Álvaro Larrán es el hijo. Quizá el único en esta historia que tiene los pies en la tierra, por eso no quiere participar en los enredos de su familia. A pesar de las ideas que siempre le han metido en la cabeza, él quiere trabajar y hacer lo que más le guste. No tiene ningún deseo de fingir riqueza y normalidad, lo que hace de su personaje alguien cabal. Con un estilo de comedia más naturalista, Álvaro nos ha encantado, demostrando que para hacer reír no es obligatorio forzar, y que una buena interpretación va a llevar al espectador exáctamente donde él quiera. ¡Enhorabuena!

 

Y desde Citeyoco queremos destacar el hecho de que Juan Andrés, director y creador de esta maravilla, se haya lanzado a dar forma a este proyecto. Sabemos que no es sencillo, pero también sabemos que nada podía ir mal con semejante profesional a la cabeza. Desde aquí le deseamos el mayor de los éxitos, con éste y con cualquiera de los proyectos futuros que, estamos seguros, emprenderá.

 

¡No os lo podéis perder, promete ser la comedia de este verano!

 

DONDE: Teatro Fígaro

CUANDO: Hasta el 19 de Agosto

ENTRADAS: Web Entradas.Com Atrápalo Taquilla.com