CRÍTICA: ‘Oh oh’, una obra donde las palabras no se dicen, pero se entienden
Continuamos en el 44º Festival Internacional de Teatro Contemporáneo de Badajoz celebrado en el López de Ayala con la obra suiza Oh Oh. Un espectáculo de mimo, acrobacia y música que entretuvo a los más grandes y pequeños.
Frente a nosotros aparece sobre el escenario Simone Fassari dentro de un personaje despistado y curioso parece no darse cuenta de que, en realidad, está inmerso en un espectáculo con cientos de ojos atentos. Tras esto, brota desde el cielo (como por arte de magia) una escalera de cuerdas, que permitirá realizar acrobacias vertiginosas en el espectáculo, y casi a la vez surge una polifacética Camilla Pessi sorprendiendonos a todos.
Dos actores frente a un público ansioso de risas. Dos mimos inmersos en la vergüenza del que siente la atenta mirada de los desconocidos. Juntos intentan elevar a espectáculo el momento presente. Prueban varias estrategias: jugar con el abrigo, encestar canastas, tocar instrumentos, acrobacias… Y poco a poco, su humanidad y buen hacer, van conquistando nuestros corazones. Lo que parecía improvisado, se torna audaz e inverosímil. La capacidad de coordinación de los dos actores nos deja boquiabiertos desde la mitad del espectáculo y no somos capaces de articular más palabras que un Oh,Oh… mientras volvemos a contener la respiración. Lo que comenzó como una pequeña representación infantil, termina siendo un espectáculo de grandes dimensiones que no imaginábamos.
La compañía Baccalà nos presenta una hora y veinte minutos de risas, sorpresas, acrobacias, complicidad y más risas directas al corazón de los que los observamos atónitos. Una obra donde las palabras no se dicen, pero se entienden. Si quieres ver sus próximos espectáculos, accede a su web donde encontrarás además otros espectáculos, galería y un currículo interminable.