CRÍTICA: Virginia Riezu, un monólogo del que formarás parte
Virginia Riezu nos trae a los Teatros Luchana su show de Stand Up “Para ser mujer eres bastante graciosa”. Como cualquier cómica que se precie, Virginia escribe, dirige y como no, interpreta este show en el que nos contará como afronta y trata de superar, los percances comunes, en la vida de “una loser de navarra, en bancarrota en la cuenta y en el amor”.
La sala 1 de los Luchana es la encargada de acoger este espectáculo, al que se ajusta perfectamente. Para el que no la conozca es una sala de un aforo aproximado de 80 personas, en la que el público parece tomar parte del escenario generando esto una gran cercanía. Con eso nos toparemos en este caso, cercanía, virtud principal en el monólogo de Virginia. La cómica desde que entra en escena se gana al patio de butacas, y el público está con ella hasta que decida marcharse.
Tras un preludio audiovisual que no está a la altura del resto de lo que veremos, y que como en el mismo se dice “es innecesario”, la protagonista entra con un texto sentimental, que no es más que una sátira de si mismo, y nos dará la esencia de todo lo que viene a continuación. El resto es pura fluidez, una cómica que aunque no estemos acostumbrados a verla en televisión, porque son pocas y repetidas las caras que favorece este medio, se ha curtido en años y demuestra su maestría y sus dotes de improvisación a la hora de tratar con el público o con cualquier situación que se salga del guión. Superando estos momentos al propio texto.
Hay que destacar el marcado sentido feminista del texto, que es el necesario en el momento que vivimos. Nos recuerda la necesidad de más mujeres cómicas, y se debe extrapolar a la necesidad de más mujeres en cualquier gremio.
En definitiva un texto que funciona por la atmósfera que la protagonista consigue crear y en el que, aunque podamos ver algunos gags predecibles, lo ignoraremos por la conexión y cercanía que Virginia Riezu genera. Somos parte de un monólogo en el que aunque no hablemos, parece que estamos charlando con ella. Un espectáculo que nos recuerda que hay muchas caras menos mediáticas, que llevan una vida en el humor, y que son auténticos maestros a los que vale la pena conocer.